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martes, 16 de agosto de 2016

Economistas coinciden: Aumento salarial “es pan para hoy y hambre para mañana”


Por CONTRAPUNTO


Los economistas Víctor Álvarez y José Guerra, aunque de aparente signo político distinto, están de acuerdo en las acciones que se requieren para salir de la crisis y aseguran que no tienen por qué representar costos sociales para la población

El Gobierno del presidente Nicolás Maduro decretó el tercer aumento del salario mínimo de este año, que lleva el ingreso más bajo de 15.051 a 22.576 bolívares mensuales, a lo que se suma un ajuste en el bono de alimentación, que pasará de 18.585 a 42.480 bolívares.

Sin embargo, los especialistas no creen que esta medida tenga un efecto real en la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Los economistas Víctor Álvarez, quien fuera ministro de Industrias Básicas durante el Gobierno de Hugo Chávez, y José Guerra, diputado por la MUD, desestiman los efectos de este incremento, al ser entrevistados este lunes en el programa "Vladimir a la 1".

Para Álvarez, el hecho de que sea el 13º aumento en tres años evidencia que se está ante un problema de fondo no resuelto, con una acción que se traduce en “pan para hoy y hambre para mañana”.


“El aumento se vuelve sal y agua por efecto de la voraz inflación”, puntualiza. Explica que la escalada de precios se impulsará porque el trabajador buscará más bienes que están escasos debido a que “el aparato productivo está postrado”.

Guerra enfatiza que hoy la canasta básica se ubica en unos 360 mil bolívares al mes, mientras el ingreso de una familia con tres trabajadores solo rozará los 200 mil. Por ello, indica que aunque se trata de un aumento de casi 300% de enero a septiembre, en realidad hay una caída del salario real -poder de compra- de 35%, por efecto de la inflación, estimada en casi 700% al año.

El diputado, profesor de Economía en la UCV, señala que aunque es necesario el aumento salarial, este debe ser acompañado por una política macroeconómica que contenga la inflación.

Para ello, la receta universal, asegura, es reducir el déficit fiscal, es decir, la brecha entre ingresos y egresos del país, y poner fin al financiamiento de ese déficit por parte del BCV mediante la impresión de dinero.

Mientras, desde el Gobierno, el vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez, ha desestimado el impacto inflacionario del aumento. Aseguró que la presión inflacionaria la genera 5% de la población que gana entre 10 y 15 salarios mínimos.

¿Qué hacer?

Ambos especialistas coinciden en las acciones para superar la crisis económica: estímulos a la producción agrícola e industrial, (Álvarez señala que mientras en Venezuela hay 0,25 empresas por cada mil habitantes, en países como Colombia la densidad es de 1,2); unificación cambiaria para dejar atrás la existencia de tres tipos de cambio; reestructuración de la deuda y búsqueda de financiamiento externo.

“Por exportaciones petroleras lo máximo que entrará este año es 32 mil millones de dólares. Y debemos pagar 17 mil millones en deuda (…) Es necesario un refinanciamiento para tomar oxígeno, poder importar y resolver los problemas”, acotó el parlamentario, integrante de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la AN.

Álvarez, quien asegura que se “fatigó” de enviar propuestas al Presidente, añade la sinceración del precio de la gasolina, flexibilización de controles y la sustitución de subsidios a los productos por subsidios directos a las familias en condición de pobreza.

El exministro, quien no tiene empacho en formar parte de un nuevo gobierno con la idea de ayudar a la recuperación del país, cuestionó que el Ejecutivo insista en una política de controles “que lucen agotados” y en un modelo estatista.

“Hay un conjunto de medidas que este gobierno o el que venga tiene al alcance de la mano, que no significan medidas draconianas y antiimpopulares. Creo que es posible superar la crisis sin que la población más vulnerable tenga que pagar los costos del ajuste”, aseguró.

En el mismo sentido se pronunció Guerra, quien sostiene que la oposición trabaja en un escenario de nuevo gobierno, y que bajo ningún concepto tienen planteado un paquete de medidas recesivas tradicionales (reducción del gasto público, ascenso de tasas de interés ni macrodevaluación), sino que, por el contrario, apuestan a una expansión de la economía.

No obstante, Álvarez acota que un simple cambio de gobierno no es garantía de resolución de la crisis. Por ello, aboga por un gran acuerdo nacional donde se detallen las medidas a aplicar tanto por el Ejecutivo como por el Legislativo, para dar paso un elecciones en 2019 con un país “saneado”.

15-08-16




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