Por CONTRAPUNTO
Los economistas Víctor
Álvarez y José Guerra, aunque de aparente signo político distinto, están de
acuerdo en las acciones que se requieren para salir de la crisis y aseguran que
no tienen por qué representar costos sociales para la población
El Gobierno del presidente
Nicolás Maduro decretó el tercer aumento del salario mínimo de este año, que
lleva el ingreso más bajo de 15.051 a 22.576 bolívares mensuales, a lo que se
suma un ajuste en el bono de alimentación, que pasará de 18.585 a 42.480
bolívares.
Sin embargo, los
especialistas no creen que esta medida tenga un efecto real en la capacidad
adquisitiva de los trabajadores. Los economistas Víctor Álvarez, quien fuera
ministro de Industrias Básicas durante el Gobierno de Hugo Chávez, y José
Guerra, diputado por la MUD, desestiman los efectos de este incremento, al ser
entrevistados este lunes en el programa "Vladimir a la 1".
Para Álvarez, el hecho de
que sea el 13º aumento en tres años evidencia que se está ante un problema de
fondo no resuelto, con una acción que se traduce en “pan para hoy y hambre para
mañana”.
“El aumento se vuelve sal y
agua por efecto de la voraz inflación”, puntualiza. Explica que la escalada de
precios se impulsará porque el trabajador buscará más bienes que están escasos
debido a que “el aparato productivo está postrado”.
Guerra enfatiza que hoy la
canasta básica se ubica en unos 360 mil bolívares al mes, mientras el ingreso
de una familia con tres trabajadores solo rozará los 200 mil. Por ello, indica
que aunque se trata de un aumento de casi 300% de enero a septiembre, en
realidad hay una caída del salario real -poder de compra- de 35%, por efecto de
la inflación, estimada en casi 700% al año.
El diputado, profesor de
Economía en la UCV, señala que aunque es necesario el aumento salarial, este
debe ser acompañado por una política macroeconómica que contenga la inflación.
Para ello, la receta
universal, asegura, es reducir el déficit fiscal, es decir, la brecha entre
ingresos y egresos del país, y poner fin al financiamiento de ese déficit por
parte del BCV mediante la impresión de dinero.
Mientras, desde el Gobierno,
el vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez, ha desestimado el impacto
inflacionario del aumento. Aseguró que la presión inflacionaria la genera 5% de
la población que gana entre 10 y 15 salarios mínimos.
¿Qué hacer?
Ambos especialistas
coinciden en las acciones para superar la crisis económica: estímulos a la
producción agrícola e industrial, (Álvarez señala que mientras en Venezuela hay
0,25 empresas por cada mil habitantes, en países como Colombia la densidad es
de 1,2); unificación cambiaria para dejar atrás la existencia de tres tipos de
cambio; reestructuración de la deuda y búsqueda de financiamiento externo.
“Por exportaciones
petroleras lo máximo que entrará este año es 32 mil millones de dólares. Y
debemos pagar 17 mil millones en deuda (…) Es necesario un refinanciamiento
para tomar oxígeno, poder importar y resolver los problemas”, acotó el
parlamentario, integrante de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de
la AN.
Álvarez, quien asegura que
se “fatigó” de enviar propuestas al Presidente, añade la sinceración del precio
de la gasolina, flexibilización de controles y la sustitución de subsidios a
los productos por subsidios directos a las familias en condición de pobreza.
El exministro, quien no
tiene empacho en formar parte de un nuevo gobierno con la idea de ayudar a la
recuperación del país, cuestionó que el Ejecutivo insista en una política de
controles “que lucen agotados” y en un modelo estatista.
“Hay un conjunto de medidas
que este gobierno o el que venga tiene al alcance de la mano, que no significan
medidas draconianas y antiimpopulares. Creo que es posible superar la crisis
sin que la población más vulnerable tenga que pagar los costos del ajuste”,
aseguró.
En el mismo sentido se
pronunció Guerra, quien sostiene que la oposición trabaja en un escenario de
nuevo gobierno, y que bajo ningún concepto tienen planteado un paquete de
medidas recesivas tradicionales (reducción del gasto público, ascenso de tasas
de interés ni macrodevaluación), sino que, por el contrario, apuestan a una
expansión de la economía.
No obstante, Álvarez acota
que un simple cambio de gobierno no es garantía de resolución de la crisis. Por
ello, aboga por un gran acuerdo nacional donde se detallen las medidas a
aplicar tanto por el Ejecutivo como por el Legislativo, para dar paso un
elecciones en 2019 con un país “saneado”.
15-08-16
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