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domingo, 16 de julio de 2017

La consulta: un altavoz al clamor del pueblo por @luisaconpaz


Por Luisa Pernalete


“No más armas” es la súplica de muchos venezolanos, recuerda la profe Luisa.

“Diosito: te pido que mi mamá, que está flaquitica, se ponga algo gordita”. Así comenzó Victoria, de 6 años, su oración. La madre de la pequeña está flaquitica porque cuando no hay para las dos, ella no come. “Que se ponga algo gordita” es un clamor. En otros tiempos los niños de esa edad pedían juguetes.

“Nunca me imaginé que yo a mi temprana edad -15 años- tuviera que preocuparme por todos los problemas del país”, me dijo una adolescente de camisa azul, de Petare. Se refería a no saber si uno sale y no llega a su casa, como le ha pasado a conocidos de ella y de sus compañeros de clase; se refería a que sus padres trabajan, pero lo que ganan no les alcanza para comer; se refería a que “no hay horizontes”, como dice el padre Trigo.

Piense usted en los clamores de las madres de los niños hospitalizados en el J.M. de los Ríos. Carlos, Susana, la gente Prepara Familia, por mencionar sólo algunos, se la pasan reproduciendo esos clamores. Medicinas, alimentos para unos pequeños enfermos que podrían salvarse si tuvieran el tratamiento adecuado. ¡Un clamor conmovedor!

“No más armas” es un clamor de muchos venezolanos que no entendemos como es más importante comprar tanquetas, municiones, bombas, que reactivar la economía, que traer medicinas, que construir escuelas. ¡¿Dónde están las escuelas que se iban a construir con dinero del Fondo Chino?! Es un clamor que insisto en elevar junto a madres que no saben dónde inscribir a sus hijos.


Imagino los clamores de las madres de los estudiantes que han enviado al penal de El Dorado, donde hay delincuentes de alta peligrosidad. ¿Delito? Protestar, querer un país distinto. Cada vez que pienso en ellos, aparece la imagen de la entrada del penal, y me digo que la crueldad no es necesaria, protestar no es un delito.

Imagino los clamores de las madres de todos los estudiantes detenidos injustamente, y de los que han muerto: ¡La juventud no puede ser el final para los venezolanos!

“Los clamores de mi pueblo se oyen en todo el país” (Jeremías 8:13) recuerdan los obispos en su carta a los católicos de buena voluntad. Esos clamores que crecen y crecen, los obispos los han hecho suyos.

Todos estos clamores deben convertirse en grito muy fuerte. Que lleguen al cielo y que lleguen en la tierra a los que tomas decisiones. La consulta del domingo 16 es como poner un altavoz a los clamores de los venezolanos y venezolanos que nos hemos ido hermanando por compartir las mismas necesidades, los mismos sufrimientos y las mismas esperanzas. “Una sola voz se escucha poco/ pero si somos muchos se vuelve un coro/también pueden cantar los desafinados/Aquellos que me crean digan SÍ”. Ando cantando esa canción. Es tiempo de coros, no de solistas. Por cierto, esa canción termina: “Todos los que crean, digan SÍ”.

Nos vemos el domingo.

14-07-17




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