Miguel Méndez Rodulfo 14 de julio de 2017
Leopoldo
López Mendoza es sin ningún género de duda el preso político más emblemático
del planeta. Basta mirar los noticieros de países extranjeros, sean estos de
América, Europa o de otros continentes, para corroborar esta aseveración. Pero
no se trata de la connotación del personaje y de su presencia en los medios
internacionales, sino de lo que significa esta figura para la lucha política en
Venezuela. Leopoldo representa el apego irrestricto a los principios y valores
democráticos, elementos inexistentes en la manera que tiene el régimen de
concebir la política; pero también encarna, como ninguna otra figura nacional,
la determinación de luchar por la libertad y de hacerlo hasta el sacrificio,
sin transigir ni negociar en ese empeño. Sus años en la cárcel dan fe de ello y
es claro que la convicción en sus creencias así como su posición irreductible,
el hecho de mantenerse firme sin doblegarse a pesar de las múltiples ofertas
del gobierno para quebrantarlo, llevó al régimen a considerarlo como su peor
enemigo. Todos sabemos del odio que el chavismo expresa por el fundador de
Voluntad Popular, desde los más altos niveles del Psuv hasta las bases, lo que
explica la saña con que magistrados, jueces, custodios y carceleros,
irrespetaron sus derechos humanos y lo maltrataron a él y a su familia; por eso
para todos fue una sorpresa mayúscula que lo trasladaran a su casa.
La
casa por cárcel no significa la independencia de Leopoldo, porque sigue estando
privado de libertad, pero si alivia sus penas y permite a su familia, en
especial a sus hijos pequeños, contar con la presencia del padre faltante. El
cambio de estatus en el enclaustramiento de este insigne preso de conciencia,
no es una acción humanitaria del régimen, ni mucho menos obra de la diplomacia
de Zapatero. Se trata de una jugada política del gobierno a múltiples bandas:
en primer lugar Maduro y sus asesores del G2 cubano, pretendieron lavarse la
cara ante la opinión pública internacional por el grave asalto al Congreso del
país; en segundo lugar se buscó opacar el impacto en la opinión política
nacional del plebiscito de este domingo, algo que no ocurrió porque la gente
celebró la salida de la cárcel pero no perdió el foco en el 16; en tercer lugar
el madurismo pretendía bajarle el volumen al rechazo a la constituyente, cosa
que tampoco logró; en cuarto lugar, se intentó dividir a la oposición, sacando
de la mazmorra a la figura de mayor preferencia en las encuestas, buscando con
ello crear fisuras en el liderazgo de la MUD, algo que felizmente tampoco
ocurrió; en quinto lugar, el régimen hizo las cosas (el traslado y la forma de
comunicar el hecho), de manera que se crearan suspicacias, algo que en la mente
de algunos fundamentalistas de oposición, se prestó a dudas y dio lugar a
falsas especulaciones, cosa que no fue general y no tuvo acogida, frustrándose
también este endiablado propósito del chavismo.
Si a
alguien se debe el beneficio al procesado, es a su abnegada esposa que recorrió
medio mundo incansablemente, denunciando la injusta prisión de su marido; en
ese sentido hay que reconocer que Lilian perseveró, luchó, no se dio por
vencida, no transigió y nunca cejó en su empeño, algo que molestaba
profundamente al régimen. También su señora madre: Antonieta, lo abandonó todo
por emprender una titánica lucha para lograr mejores condiciones para su hijo,
basta con recordar el encadenamiento de ambas (pero también de Mixie) frente al
vaticano en pleno invierno. El gobierno la tiene muy difícil porque estas damas
no van a bajar la guardia en la determinación por lograr la libertad plena de
su esposo e hijo.
Rodríguez
Zapatero y los hermanitos Rodríguez, lograron transitoriamente mejorar su
imagen, pero todos sabemos que más que una concesión graciosa, se trató de una
jugada del régimen buscando sacar ventaja a un hecho que le convenía ejecutar.
El gobierno atenuó su pésima imagen internacional, pero además pretendió sacar
otros beneficios. Afortunadamente no logró lo segundo.
Miguel
Méndez Rodulfo
Caracas,
14 de julio de 2017
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