La VII
Cumbre de las Américas que se efectuará en los días 10 y 11 de abril en Panamá,
oficialmente tendría como ejes centrales de reflexión el progreso, la equidad y
la cooperación; temas de debate en nuestro hemisferio desde hace varias décadas
y que deberían adquirir en los actuales momentos especial importancia.
Que la
cumbre aborde los dilemas del progreso técnico y económico con equidad,
conlleva abordar asuntos fundamentales para el bienestar de nuestros pueblos y
el fortalecimiento de las democracias. En nuestro hemisferio contamos con
experiencias exitosas en crecimiento económico, pero debemos aún profundizar en cuestiones como las
cadenas globales de valor o las negociaciones de comercio e integración, con
miras a insertarnos de manera eficiente en los procesos económicos mundiales,
sin olvidar los aspectos humanos de esa inserción económica, la situación de
los más débiles y los menos competitivos y la sustentabilidad ecológica del
desarrollo.
Empero, todo
parece indicar que otros temas, como las negociaciones entre Estados Unidos y
Cuba o los problemas entre Venezuela y los Estados Unidos, acapararán la
atención de la Cumbre, lo que marcaría un desvío de las materias sustantivas, y
comportaría, en consecuencia, un nuevo fracaso en la necesaria búsqueda
concertada de equilibrios entre crecimiento económico y equidad social en
nuestra región.
Por otro
lado, debemos destacar nuestra preocupación ante la ausencia, en la agenda de
la Cumbre de asuntos fundamentales como los graves problemas que experimenta la
institucionalidad democrática y la vigencia plena del respeto a los derechos
humanos, cuando en varios países de la región se presenta un significativo
deterioro de ellos, particularmente, en nuestro país.
Este
lamentable vacío, así como el desdén por los asuntos sustantivos señalados más
arriba, contribuirá a profundizar el escepticismo de los pueblos frente los
esfuerzos de la diplomacia multilateral, lo cual traerá un menoscabo mayor a la
credibilidad de estos eventos internacionales.
Para el
Grupo Ávila, la Cumbre podría sentar las bases para un trabajo realista,
responsable, participativo de cooperación, y encaminado a fortalecer nuestras
capacidades en el escenario político y económico hemisférico y mundial.
Caracas, 8
de abril de 2015
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