Por Heinz Dieterich
1. Los Decisores de la
Transición
El choque entre el jacobinismo
verbal del gobierno y el proyecto de dominación encriptado de la oposición,
induce a pensar que existe un caos político en Venezuela. El "pacto de
Estado" y los parámetros sistémicos demuestran que esa idea es falsa:
Maduro y Cabello han logrado exitosamente suicidar a la V República. El nuevo
bipartidismo monopolizador de la renta petrólera está en ciernes. La Patria fue
violada o, en palabras del Gran Alí Primera, "manoseada" 259.000
millones de veces por los corruptos de ambos lados.
El pueblo --desinformado,
desorganizado y desarmado-- no tendrá mayor influencia en el "pacto de
Estado", que es un proceso de transición cupular y restaurador. El
resultado final del proceso de transición será determinado por los militares y
la geoeconomía mundial. Ante ambos atractores, la MUD y la Troyka son
operadores de segunda clase en un polígono de transición definido por fuerzas
superiores. Esto no quiere decir, que en su torpeza y desmesura irracional
(hybris) no puedan transgredir los límites de lo politico ---el arte de lo
posible--- desatando los jinetes apocalípticos de Maidan.
2. Padrino López, Raúl
Baduel y Mao-Tse Dong
Cuando el General Raúl Baduel
rechazó el golpe de Estado de la oligarquía en el 2002, definió las reglas
institucionales de transición de la corrupta y bipartidista IV. República a la
V. República del Bolivarianismo. Todo dentro de la Constitución, nada por
fuera, fue el mensaje del General y de los militares patrióticos que lo
secundaron, así como de la mayoría del pueblo. Fue el jaque mate al dominio de
la Vieja Clase Política, que abrió las puertas hacia una transición
socialdemócrata progresista. Trece años después de esta acción normativa, el
General Vladimir Padrino López determinó con la mísma máxima las reglas
institucionales de transición de la corrupta e ineficiente V. República
"bolivariana" a la VI. Abrió las puertas a la transición
restauradora, pero evitó, por ahora, una guerra civil que sólo beneficiaría a
Washington y la oligarquía. Confirmó, una vez más, el inmortal dictum de Mao
Tse Dong, que el poder político nace de los cañones de los fusiles.
3. Padrino López y
Capriles: el Centro Político
Con la decisión del jefe de la
FANB (Padrino López) y su endosamiento público --"pacto de Estado"--
por parte de la oposición (H. Escarrá), el polígono de planeación de la
transición quedó definido en su normatividad política. Nuevamente, la
decisión cuenta con el apoyo de la mayoría del pueblo. Pero, esta vez sella el
destino de la Nueva Clase Política ("bolivariana"). Ante el estupor
del gobierno Maduro-Cabello, que entra ahora en su cuarto año, la fracción
militar dominante decidió marginar a los yihadistas venezolanos de ambos lados
del espectro político: Maduro/Cabello del lado gubernamental, los "salidistas"
del lado oligárquico. La decisión resulta del eterno horror de los militares:
la pérdida del "orden". Si el status quo puede evitar la
explosición social que convierte el orden en caos, queda por verse.
4. "En puertas de una
catástrofe"
Los parámetros económico-sociales
de la transición son determinados por la situación mundial del petróleo.
Eulogio del Pino, Ministro de Minería y Petróleo, lo expresó con claridad: Por
los bajos precios del petróleo, se ha ocupado el 90 por ciento de la capacidad
del almacenamiento mundial. De continuar esta tendencia, se llegará al 100 por
ciento durante el primer trimestre del 2016. "Cuando eso pase,
pudiéramos estar en puertas de una catástrofe" (18.12.15).
Efectivamente: con la caída del PIB del 10%, la inflación de 180%, el déficit
fiscal de dos dígitos, las reservas internacionales "derritiéndose" y
los preceptos de Voodoo-Economics imperando en la troika, el término
exacto para describir la situación es "catástrofe".
5. Jacobinismo jurásico
En esta situación estructural,
la salvación del país no es posible con los anacrónicos sueños jacobinos de
"más revolución" y el fetiche propagandístico de la "guerra
económica". Ambos solo muestran la incultura histórica y las limitaciones
de la propaganda rasputinesca de los que conducen en lo nacional e
internacional al PSUV. Aplicar el jacobinismo después
del Termidor ---es decir, querer ejecutar la revolución cuando la
contrarrevolución ya ha triunfado--- es una ridiculez histórica. Cuando existía
el poder para ser jacobino, ni Hugo Chávez ni los actuales líderes lo
emplearon. Congelaron al único jacobino de la revolución, al General Muller, y
huyeron --como el diablo del agua bendita-- del único paradigma estratégico
científico-político disponible para convertirse en referente mundial del Siglo
21: la simbiosis del desarrollismo criollo con el Socialismo del Siglo 21.
6. Economía justa del
Siglo 21
Teniendo a los arquitectos del
desarrollismo criollo posible en la vecindad (Correa, Evo, Lula), prefirieron
traer asesores trasnochados de la economía de mercado de España y del obsoleto
Socialismo del Siglo 20. Y ni siquiera despertaron, cuando los grandes
economistas socialdemócratas contemporáneos como Krugman, Reich, Stiglitz,
volvieron la mirada a la lucha de clases, con la conclusión de que el sistema
plutocrático de Estados Unidos es oligárquico ---una tiranía de clase--- y que
una sociedad justa, democrática y estable, solo es posible, si la economía
descansa sobre el principio de equivalencia. En palabras de Krugman: En
una economía de mercado idealizada, se le pagaría a todo trabajador
"exactamente lo que él o ella contribuirían a la economía…, ni más ni
menos" ("After all, in an idealized market economy each worker would
be paid exactly what he or she contributes to the economy by choosing to work,
no more and no less. And this would be equally true for workers making $30,000
a year and executives making $30 million a year").
Krugman reconoció esa esencia
de la economía de equivalencia del Socialismo del Siglo 21 y de su contrat
social perdurable (Rousseau), hace varios años. Pero, los aficionados de
Voodoo-Economics en Miraflores, alucinando con su "moneda
comunitaria", el precio justo y el Vice-Ministerio para la Suprema
Felicidad social del Pueblo, no tuvieron tiempo para informarse. Hoy están con
las manos vacías, sin programa de transición, ofreciendo la fraseología de
siempre: "La primera decisión: declararnos en sesión permanente de
ejecución nacional del plan estratégico de contraofensiva revolucionaria
política, humana, popular, espiritual, territorial, económica,
militar" (N. Maduro).
7. Es
contrarrevolucionario el Centro?
No es la hora de
la hybris, la transgresión arrogante de los límites. Lo que el pueblo
venezolano necesita es la concordia oppositorum (Dante Alighieri), la
concordia dialéctica entre los extremos. Pero, el Centro no es, per se,
contrarrevolucionario? No para un pensamiento dialéctico. Los procesos de
transición solo pueden ser estables, cuando dominen las cadenas de equilibrios
fluctuantes, internos y exógenos. Mao dilucidó este problema con gran claridad
y Putin y Xi Jinping dan cátedras magistrales cotidianas sobre este arte de la
política. Pero, el sectarismo de la Nueva Clase Política y
la hibris de los yihadistas "salidies" les impide entender
verdades objetivas.
8. La ecuación salvadora
Establecido el nuevo Centro de
Gravedad de la política venezolana y definidos los parámetros del polígono de
planeación político-económico de la transición, a las fuerzas políticas del
país les queda la tarea de operacionalizar los parámetros y optimizar los
resultados posibles. Ante la incapacidad de adaptación Darwiniana de la Troika
y el revanchismo atávico de los "salidistas", no será fácil construir
un programa de salvación nacional; máxime cuando a la ecuación salvadora le
falta una variable fundamental. Hay fusiles y masas disponibles para la
transición, pero falta el sujeto conductor del proceso.
9. 2016: la Batalla final
La ofensiva final de la
oposición se inicia en enero 2016, desde el sector institucional. El objetivo
estratégico consiste en izar la bandera de la oligarquía sobre el Palacio de
Miraflores dentro de seis meses (Ramos Allup). El gobierno ha respondido a esta
amenaza, tratando de perpetuar su control de la estructura estatal
(nombramientos TSJ, leyes habilitantes, etc) mediante unBlitzkrieg (guerra
relámpaga) institucional preventivo. Reclamando ambas partes el mismo derecho a
gobernar, sucederá lo que Karl Marx formuló con su habitual brillantez:
"Entre derechos iguales decide la fuerza (Gewalt)".
10. Tres fases de la
Batalla final
La batalla final tendrá, por
consiguiente, tres fases. Se inicia en el campo institucional (Parlamento,
Tribunal Supremo de Justicia y Presidencia). Cuando ambas partes movilizan su
base social, pasará a la calle. Ante la creciente ingobernabilidad y amenaza de
"caos", los militares tomarán el poder. La VI República nacerá, por
lo tanto, y muy probablemente, en un parto violento, comparable al de la V
República --- excepto que un sujeto razonable y poderoso tome en serio la
sabiduría del gran Florentino: es la hora de la concordia
oppositorum. Pero ¿cuándo, en la historia de la lucha de clases, le ha
importado el bien del pueblo a los protagonistas?
30-12-15
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