Por Gabriela Rojas
Las mediciones realizadas
por las empresas hidrológicas del Estado indican valores que están por encima
de los niveles deseables establecidos en las Normas Sanitarias de Calidad del
Agua Potable
Más claro que el agua, dice
el refrán. Pero esa no es la historia que cuentan las tuberías de quienes
habitan en la región central y capital del país. La turbiedad, el olor, el
color y la presencia de residuos tienen encendidas las alertas de la población
que recibe en sus hogares un agua que a simple vista no está en condiciones
óptimas.
Lo muestra la gente al abrir
los grifos de sus casas. Lo revelan las mediciones hechas por las mismas
empresas hidrológicas del Estado que indican valores por encima de lo
establecido en las Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable, publicadas en
la Gaceta Oficial No. 36.395 promulgada en febrero de 1998. También lo señalan
estudios presentados por organizaciones y especialistas en gestión del agua en
los que denuncian que los principales embalses que surten a la Gran Caracas y
los estados centrales del país presentan contaminación de origen e
insuficiencias para la potabilización en las plantas de tratamiento.
Fotos usuario twitter: @CindyAlexandra. Guatire, estado Miranda
Aunque para los caraqueños
sea un problema más reciente abrir los grifos de sus casas y encontrarse con un
líquido de cualquier tipo, menos incoloro e inoloro, desde 2007, poblaciones
del estado Carabobo y Aragua han venido denunciando la agudización de las
condiciones antisanitarias del agua que reciben en sus casas.
A pesar de la evidencia de
los niveles de contaminación del Lago de Valencia y de las aguas del embalse
Pao Cachinche, principal surtidor del estado Carabobo, aún no se ha
implementado un plan de acción que permita revertir las condiciones del agua de
uso diario con la que las personas preparan sus alimentos, se asean y en muchos
casos consumen, lo que implica un grave riesgo de salud pública.
Las mismas mediciones
presentadas mensualmente por las empresas hidrológicas del Estado, en este caso
Hidrocentro, revelan que los parámetros de calidad del agua a la salida de
los sistemas de potabilización están por encima de los valores deseables
establecidos en la norma. El registro de julio 2016 para Camatagua, El Pao y la
planta Alejo Zuloaga señala que, de los diez valores medidos, por lo menos
cinco presentan niveles muy fuera de norma.
El cloro utilizado para
tratamiento bacteriológico debería mantener una concentración entre 0,3 mg/l y
0,5 mg/l. Pero Camatagua reportó 0,9% y El Pao tuvo un registro de 1,3, lo que
indica un aumento en la cantidad de cloro que se aplica para tratar el agua, lo
que implica una afectación para la salud a medida que se incrementan estos
niveles.
El ingeniero Pérez Rodríguez
explica que desde septiembre de 2007 se está bombeando agua de mala calidad a
Cachinche, lo que representa 11 mil litros por segundo de aguas negras que van
a las plantas potabilizadoras, como ocurre en la Planta Alejo Zuloaga. Pero
como el agua llega con mayor contenido residual exige que las plantas
potabilizadoras apliquen mayor dosis de sustrato de aluminio y cloro: “se
observa en la irritación de la garganta y los ojos. Como el cloro es un gas, al
abrir la ducha, este gas se libera y se crea una microatmósfera cargada de
cloro que no se debería respirar porque es un agente corrosivo e irritante
de las mucosas”.
En cuanto al nivel de
turbiedad reportado por Hidrocentro, en Camatagua alcanzó 5,3 NTU aunque la norma
indica que el valor deseable es 1 y el máximo aceptable es 5. La turbiedad en
El Pao fue un poco más alta y llegó a 6,0 NTU y el mes anterior (junio 2016)
venía de registrar 8,4 NTU. Pero los niveles de la planta Alejo Zuloaga
casi triplican lo que recomienda la norma porque en julio el nivel de turbiedad
del agua llegó a 13,5 NTU y en el mes previo estuvo en 12,4 NTU.
Los indicadores máximos
aceptables de color en el agua señalan un límite de 15 (Pt/Co), pero solo en
marzo de este año, Camatagua registró el que ha sido su nivel más bajo hasta
ahora: fue de 5 Pt/Co. Durante los seis meses restantes de 2016, el nivel de
color del agua en Camatagua ha sido de 15 y en enero fue de 17 Pt/Co.
Foto cortesía Emily
Avendaño. La Pastora, Distrito Capital
La situación en las plantas
Alejo Zuloaga y Lucio Baldo Soules muestra que los niveles de color en el agua
no han bajado de 20 a 30 Pt/ Co, desde abril de este año. La más reciente
medición en ambas plantas realizada en julio señala que el color del agua marca
30 Pt/Co, lo que duplica el parámetro máximo establecido en la norma.
Otro de los indicadores es
la presencia de coliformes totales y coliformes fecales, que según las
mediciones presentadas por Hidrocentro desde enero de 2016, los 15 embalses y
plantas potabilizadoras evaluadas (cuatro ubicadas en Aragua, cuatro en
Carabobo y siete en Cojedes) mantienen el mismo nivel exactamente igual para
todos: un registro de 1,1 nmp/100mL.
El artículo 8 y 9 de las
Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable determinan que el ente
responsable del sistema de abastecimiento de agua potable debe garantizar que
"no contenga microorganismos transmisores, ni agentes patógenos como
virus, bacterias, hongos, protozoarios, ni helmintos".
Los resultados deben revelar
que: "ninguna muestra de 100 mL, deberá indicar la presencia de organismos
coliformes termoresistentes (coliformes fecales); 95% de las muestras de
100mL, analizadas en la red de distribución no deberá indicar la presencia de
organismos coliformes totales durante cualquier periodo de 12 meses
consecutivos y en ningún caso deberá detectarse organismos coliformes
totales en dos muestras consecutivas.
Una historia turbia
Desde el año 2000, el
embalse de Pao Cachinche viene sufriendo un proceso de eutroficación, que ha
avanzado a tal punto que ya fue declarada la hipereutroficación. En este
proceso fisioquímico las aguas reciben un exceso de materia orgánica que hace
que disminuya el oxígeno en las aguas profundas, genera una alta cantidad de
nitrógeno y fósforo, lo que hace imposible el uso de este recurso para
abastecimiento de agua potable.
Y desde 2009, este proceso
también está ocurriendo en el embalse Camatagua, de donde sale 60% del agua que
llega a la Gran Caracas. Entre marzo de 2009 y febrero de 2015 se
estuvieron bombeando 3000 litros por segundo de agua contaminada a la cuenca
del río Guárico, principal aportante de Camatagua, que también recibe aguas
negras provenientes de la población de San Juan de los Morros. Este bombeo es
parte del trasvase que se hizo desde la cuenca del Lago de Valencia para
controlar su desbordamiento, explicó el ingeniero Manuel Pérez, presidente del
Movimiento por la Calidad del Agua, ingeniero y habitante de Valencia.
El equipo
de Contrapunto solicitó una entrevista con las autoridades de
Hidroven para conocer detalles de la situación que atraviesan los embalses
señalados y las plantas potabilizadoras pero no obtuvimos respuesta durante dos
semanas. Al cierre de esta edición no pudimos entablar comunicación con algún
vocero autorizado del ente gubernamental.
José María De Viana,
ingeniero y ex presidente de Hidrocapital, explicó que el Estado venezolano
tomó varias decisiones objetables desde el punto de vista sanitario y
ambiental, porque se encontró ante una situación que no fue atendida a tiempo.
Como no se realizaron las obras de ingeniería necesarias para controlar el
ascenso del Lago de Valencia se decidió hacer un trasvase hacia el embalse de
Camatagua, que era prácticamente virgen. "Se mantuvo el nivel de
agua (del Lago) pero a costa de un embalse de agua virgen".
Foto usuario twitter:
@Lugaz10. Guatire, estado Miranda
De Viana agrega que desde el
punto de vista ambiental es sumamente grave la decisión de que el Estado, a
través de sus propias instituciones, decidiera hacer un trasvase hacia este
embalse porque Camatagua permitiría dar un suministro de tres años de agua potable
a una ciudad como Caracas. "Matamos un embalse gigantesco. El problema es
que no se está haciendo nada para revertirlo porque si se deja de ensuciar,
aproximadamente en dos años, el embalse se renueva, se regenera por sus propios
procesos biológicos.Pero no está ocurriendo; sin contar el riesgo sanitario que
implica contaminar uno de los principales surtidores de agua de las zonas
urbanas".
El ingeniero Manuel Pérez se
ha dedicado a documentar la situación hídrica a través de la asociación
Movimiento por la calidad del agua, que se va extendiendo desde la zona central
hacia la capital. Uno de sus orígenes está en la cuenca del Lago de Valencia y
el problema se dividió en dos: uno de tipo sanitario y otro de tipo hidráulico
porque como no se culminaron las obras de ingeniería que requerían para evitar
la inundación de las zonas aledañas al Lago, tal como era previsible, se
inundaron 6 mil hectáreas en las cuales estaba previsto desarrollar los
sistemas de tratamiento de agua potable y cloacales.
"Se trasvasó agua de la
cuenca del Lago hacia la Laguna de Taguaiguai, que hoy en día es una laguna
verde que está recibiendo aguas negras de toda la conurbanización de Maracay,
Cagua y Turmero. Además las aguas negras de los municipio Naguanagua, Valencia
y Libertador se devuelven crudas a Cachinche, sin depuración, es decir
que están recirculando aguas negras, un ciclo pernicioso y dañino para la
salud pública de tres millones de personas”, asegura el ingeniero.
En 2011, la Corporación
Andina de Fomento (CAF), organismo internacional que otorga financiamiento a
través del Banco de Desarrollo de América Latina, le otorgó a
Venezuela 150.000.000 de bolívares destinados al Programa de
Rehabilitación y Optimización de las Plantas Mayores de Potabilización de Agua.
En la página web del organismo se puede verificar que ese monto mantiene el
estatus "en desembolso".
Al revisar la Memoria y
Cuenta 2015 del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, el ente gubernamental
señala que dentro de los proyectos planificados se contemplaba el mismo
programa: “Rehabilitación y Optimización de las Plantas Mayores de
Potabilización de Agua", que tenía destinado un monto de 563.721.905
bolívares pero el porcentaje de avance físico fue apenas 38% y de avance
financiero fue 44%. En el caso del programa de Optimización de la Gestión de la
Calidad del Agua en Poblaciones Mayores a Cinco Mil Habitantes, el Ministerio
asignó a Hidroven 364.781.370 bolívares pero el porcentaje de avance
físico que alcanzaron fue de 15% y el avance financiero fue de 69%, por lo que
ambos programas quedaron previstos dentro de los planes y proyectos pendientes
para el próximo ejercicio fiscal.
Prevención doméstica
El ingeniero José María De
Viana aclara que aunque no todos los sectores de la Gran Caracas reciben agua
proveniente del embalse de Camatagua es fundamental que las personas tomen
previsiones cuando les llega el líquido con mucha turbidez, mal olor y color.
Por ejemplo en algunas zonas como Guarenas, Guatire y otras poblaciones urbanas
ubicadas de la fila norte de la región capital deben aplicar métodos
preventivos continuos porque esa agua está pasando por las tuberías con mayores
residuos.
"Un problema tan serio
hay que atenderlo con seriedad".
Foto usuario twitter:
@janethdsds. Coche, Distrito Capital.
Cada vez que Valeria Mendoza
abre los chorros de su casa, lo que sale por las tuberías es una especie de
líquido amarillento que tiene residuos arenosos. Desde hace meses, su rutina
con el agua es imprevisible: para cepillarse o bañarse tiene que abrir los
grifos y esperar que el agua corra un rato hasta que deje de salir con color;
tiene que lavar los baños con cloro y destapar los tanques de las pocetas cada
semana porque los residuos que se asientan le dañan las tuberías; hierve toda
el agua que almacena para preparar la comida porque sufre racionamiento del
servicio los jueves y sábados, así que cuando la vuelven a poner el olor que
sale del grifo le resulta insoportable.
“No quiero ni imaginarme qué
clase de cosas está trayendo el agua pero es una asquerosidad. Basta abrir
el chorro para saber que el agua que está llegando a nuestras casas es un
peligro”, dice Mendoza, residente de Guatire. Desde mayo comenzó a hervir
también el agua potable que compra en botellón porque su hijo de 16 años levantó
el envase y pudo observar a trasluz que el líquido tenía algunas partículas
suspendidas.
Los reportes que hacen las
personas a través de las redes sociales muestran una variedad de colores y
condiciones nada salubres sobre el agua que sale por sus tuberías. Mairén Soto,
vive desde hace un año en la parroquia Santa Rosalía en un edificio que tiene
más de 40 años de construcción. El agua de los lavamanos tenía un olor muy
fuerte por las mañanas y pensó que se debía a la antigüedad de las tuberías del
edificio. Pero con el pasar de los meses fue notando que lo mismo ocurría con
el agua que utilizaba para cargar la lavadora. "No soy científica pero es
un olor parecido al azufre, muy penetrante y repulsivo". El agua salía con
un tono marrón y al pasar unos minutos se volvía de nuevo transparente pero
olía muy mal así que decidió usar filtro. "En dos meses se partió. Cuando
lo destapamos estaba totalmente negro de la cantidad de sucio que recogió. Y en
mi casa viven dos niños de nueve y doce años, les tenemos que hervir hasta el
agua con la que se cepillan porque me da miedo que se enfermen con esa agua tan
cochina".
Foto usuario twitter:
@farfani. Valencia, estado Carabobo
Los residentes de un
edificio en Sabana Grande mostraron a Contrapunto las condiciones en
las que sale el agua de los grifos. Inicialmente se ve que el primer líquido
sale con un tono amarillento que luego va aclarando mientras corre por las
tuberías. Pero al cabo de unos minutos cuando el agua se asienta en los envases
se observa una especie de arenilla marrón, como si fuese tierra que se suspende
en el agua y luego se queda en el fondo. Mostraron que al bajar las pocetas, la
arenilla marrón se devuelve porque está saliendo del tanque y se asienta en el
fondo del inodoro, que tienen que lavar con cloro por lo menos dos veces al
día.
Una familia llenó los
dispensadores de hielo para demostrar cuáles son las condiciones y el color del
agua que llega por el lavaplatos de su cocina, con la que usualmente lavan los
alimentos y que en ocasiones también utilizan para cocinar.
"¿Quién responde por
esto? Si fuese una empresa privada ya estarían presos porque se trata de
la salud de la población pero es aún peor porque es el mismo Gobierno el que
debe hacerse responsable de esta cochinada de agua que nos están mandando para
nuestras casas", cuestiona una habitante de la parroquia Coche.
15-08-16
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