Por Gregorio Salazar
¡Qué difícil es hacer
periodismo en este país! La frase se ha repetido entre nosotros por más de tres
lustros, incluso desde antes que los revolucionarios proclamaran, así con la
misma sonrisita que esboza a cada momento en la tele Jorge Rodríguez, su
intención de instaurar una hegemonía comunicacional para imponer (¿para qué
más?) a troche y moche "la verdad" oficial.
Pero hoy no venimos a decirla
por las pocas empresas comunicacionales que de manera verdaderamente
independiente sobreviven a este marasmo comunicacional, bajo acoso y sin
insumos, sino precisamente por los medios que ha creado la cúpula en el poder y
aquellos estatales que ya existían y de los cuales se ha apropiado para su
único y exclusivo disfrute el PSUV, con las mismas técnicas y el descaro de los
motobanquistas.
Uno adivina el drama que
viven algunos colegas de los medios del Minci cuando se ven obligados a tratar
de tapar con un dedito, un solo dedito, el sol reverberante de la realidad
nacional que nos encandila a todos.
Hay ejemplos que nos
inspiran un profundo sentimiento de piedad por aquellos colegas nuestros que se
ven en semejante trance Tenemos a mano un ejemplo fresquecito que nos va
ahorrar muchas palabras. El martes 2 de agosto los colegas del Diario de
Caracas dispusieron colocar en la misma página las declaraciones del
psiquiatraestratega-alcaldeministrodepropagandaautoridadelectoral y las de
Tibisay referidas al informe sobre la validación de firmas para el Revocatorio.
A usted le parece facilito, ya va a ver que no.
Rodríguez, consabida
sonrisita socarrona de por medio, proclamó que "el referendo revocatorio
está legalmente muerto" porque, según él, todo "está sustentado en un
gigantesco fraude".
Por allí se tituló. Muy
bien, los dos tercios superiores de la página para Jorge y el tercio inferior y
subalterno para la funcionaria. El problema surge cuando después de pasearse
por todos los meandros de la complacencia revolucionaria, a Tibisay no le quedó
más remedio en su rueda de prensa que irse moviendo, en una especie de lenta y
tortuosa espiral en zig-zag, hasta llegar a la verdad de lo ocurrido: en todos
los estados la oposición cumplió con el 1 % requerido, lo que equivale a decir
que el proceso Revocatorio está legal y políticamente, de hecho y de derecho
completamente vivo, aunque Jorge y Tibisay aspiren lo contrario.
El problema para los colegas
del Correo del Orinoco (aunque también pudiera no serlo) surge cuando se trata
de poner las afirmaciones de Rodríguez y Lucena una al lado de la otra, pues
resultaban claramente contradictorias y excluyentes. Allí es cuando hay que
convertir a la noticia en hecho superfluo e irrelevante, minimizarla en medio
de una parrafada, evitar señalar sus consecuencias y tener que centrarse en
magnificar todos los elementos tóxicos que el hombre de la sonrisita sembró en
el proceso de recolección de firmas, contaminación que ahora pretende sea la
base para el cercenamiento de la convocatoria al Revocatorio. El
antiperiodismo.
Para no ser menos,
"Ultimas Noticias" abrió su primera página con la misma orientación
del "Correo..¨: "75 % de firmas de la MUD son chimbas", titular
que va en consonancia con el propósito gubernamental de actuar como si el deseo
de cambio y, por tanto, la voluntad de revocar a Maduro no fuera el más
poderoso sentimiento que mueve las esperanzas del pueblo venezolano.
De paso, en ese mismo
tabloide sus nuevos propietarios pretenden desmontar la convención colectiva de
sus periodistas y cambiar sus beneficios, consolidados durante medio siglo de
luchas, por ofensivos mendrugos, especies de bolsitas CLAP. Horror de horrores.
Después el "presidente obrero" y su psiquiatra se extrañan de que
todo el mundo los quiera revocar.
07-08-16
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