Por Eddie Ramírez, 16 Agosto, 2016
Los Juegos Olímpicos han degenerado. Antes no competían atletas que
devengaban ingresos por practicar el deporte, no existía el dopaje y durante
las Olimpíadas se suspendían las guerras. Hoy hay atletas que ganan millones,
un creciente porcentaje se dopa, no existe un armisticio entre quienes están en
guerra y un egipcio mahometano se niega a saludar a un judío israelí. Desde
luego respetamos a la mayoría de los atletas que juegan limpio. Quizá las
olimpíadas reflejan lo que sucede en muchos países, en los cuales personas
inescrupulosas utilizan el engaño para imponerse. Tal es el caso de las cuatro
Rectoras del CNE quienes se “dopan” con patrañas amparadas con el poder que
detentan circunstancialmente para actuar con ventajismo con el objeto de avalar
a un régimen dictatorial. Olvidan que el pueblo las abuchea y las desprecia,
tal como los espectadores en Río con los atletas que han utilizado sustancias
prohibidas.
Ante esta aberrante actuación de las rectoras del CNE y del TSJ, la
salida electoral se complica. Abundan razones para recordar la frase de
Churchill: “A quienes solo entienden el lenguaje de la violencia hay que
hablarles en el idioma que puedan entender “. De una u otra forma saldremos de
este totalitarismo. ¿Será posible lograrlo conjuntamente con aquellos que
erraron el rumbo?
Destacados compatriotas encabezados por Maxim Ross, Juan Garrido y
Werner Corrales piensan que ello es posible y presentaron el documento “Acuerdo
Nacional para el Progreso y la Paz “, el cual fue avalado por varias
organizaciones. Un acuerdo nacional es imprescindible. Por ello aplaudimos
cualquier iniciativa en esta dirección. El problema, tal y como reconocen sus
autores, es que “Todo lo dicho en este documento luce idílico si no se logra
que convivan las distintas doctrinas e ideologías”.
Las líneas generales del documento son aceptables como guía para la
dirigencia democrática. El quid es si es posible incorporar en el Acuerdo a
quienes han avalado los atropellos a la Constitución. Esto no es fácil, ya que
la lucha no es entre ellos y nosotros, sino entre demócratas y totalitarios.
Quizá para atraer a quienes hasta recientemente han estado del lado del
régimen, el documento magnifica errores del pasado y olvida los atropellos
actuales. El mismo señala que: “Esta crisis no es nueva: se origina en el
modelo económico, social y político que ha dominado la Venezuela contemporánea
… “, lo cual compartimos. Sin embargo, añade “… y que se ha exacerbado en los
últimos años, encontrándonos ahora en un punto de inflexión histórico”. Esta
segunda parte es demasiado condescendiente con los rojos, ya que no es cierto
que lo heredado se haya exacerbado, sino que los rojos han incurrido en hechos
nunca vistos, como la apropiación indebida de bienes del sector privado y acoso
a empresarios, persecución masiva de disidentes y utilización tramposa del
sistema electoral. Esto no existió en los 40 años de democracia, ciertamente
imperfecta y que en algunos episodios violó derechos humanos en medio de una
subversión armada.
Además, no es cierto que, como dice el documento, “La experiencia
histórica nos dice que las prácticas de exclusión política que se inician y se
mantienen desde el siglo XIX hasta hoy…”. Realmente, durante los 40 años
citados convivieron en el Congreso todas las ideologías y solo cuando un grupo
procedió a tomar las armas, robar bancos y secuestrar a ciudadanos fue cuando
se produjo la exclusión de los rojos de entonces, los cuales fueron al poco
tiempo perdonados.
Con respecto a política petrolera plantea crear otro(s) sistemas de
propiedad, control y manejo de la industria petrolera. Sobre este punto hay que
recordar que la Constitución establece que las acciones de Pdvsa son del
Estado, por lo que no cabe otro sistema de propiedad, salvo que se modifique la
Carta Magna. Lo que sí procede es recuperar a Pdvsa, la cual no podrá tener la
dimensión del pasado, y que el crecimiento sea vía las empresas mixtas en las
cuales el Estado sea socio minoritario pero con un mecanismo que asegure que su
voto sea decisivo en aspectos importantes.
En síntesis, consideramos que es necesario un Acuerdo Nacional en el
que participen algunos de quienes están en el poder. También habrá que olvidar
algunos atropellos. Esto último no es fácil de aceptar. Para quienes no están
enterados, mi hija fue agredida injustificadamente con 110 perdigones
disparados a quemarropa por guardias nacionales, fue despedida de su trabajo,
mi yerno fue dado de baja del ejército y me negaron la pensión después de estar
jubilado, pero estoy consciente de que en aras de la gobernabilidad y de la paz
habrá que olvidar algunos hechos sin dejar de señalarlos. Sobre los culpables
recaerá la sanción moral del desprecio popular.
Como (había) en botica: Felicitaciones a Yulimar Rojas por su medalla
de plata. Eulogio Del Pino pretende esconder el descenso de la producción de
petróleo. La realidad es que no informó a la Opep la producción actual y esta
organización reportó que la misma es de 2.095.000 barriles por día. Para
manipular, a Del Pino solo le faltó incluir como barriles producidos el
equivalente a la leña y carbón quemado en fogones rurales. Exigimos revocatorio
y elecciones regionales este año. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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