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domingo, 21 de agosto de 2016

Francisco y la reconstrucción moral del país, por @rafluciani



RAFAEL LUCIANI 20 de agosto de 2016
@rafluciani

Lo más elemental para vivir con humanidad nuestra cotidianidad, es poder conectar con la realidad del otro y entender que sus problemas son también los míos. Si no somos capaces de lograr esto, entonces es que habremos perdido la condición ética propia de todo ser humano. Por ello, más allá de lo que podemos decir con nuestras palabras y bellos discursos, lo que realmente mide los valores y el talante de nuestra humanidad es esta vinculación ética con el otro.

El pensamiento y los gestos del Papa Francisco buscan siempre recuperar estos vínculos perdidos entre las personas, sea por diferencias de credo religioso, guerras o posiciones ideológicas. Durante su visita a México, recordó algo que nos debe llamar a la reflexión como país: «ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando, sacándonos los problemas de encima, creyendo que estas medidas solucionan verdaderamente los problemas. Pero nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que realmente debe ser nuestra verdadera preocupación: la vida de las personas, sus vidas, las de sus familias, las de aquellos que también han sufrido a causa de este círculo de violencia». Y es que para recuperar los vínculos sociales debemos poner la dignidad de las personas, sus condiciones de vida, en primer lugar.

Volver a poner la mirada en la vida de las personas, en sus necesidades y desarrollo humano, es el gran reto que tiene la política en nuestro país. A esto se refiere la urgente tarea de la reconstrucción moral del país y esto pasa por entender que la política es el único medio para recobrar la sindéresis en la resolución de los conflictos y lograr una salida institucional de la actual crisis que nos agobia a todos. Porque hacer política implica, necesariamente, dialogar, concertar y buscar soluciones en función del bien común, antes que del propio, sea individual o partidista.

Los miembros del gobierno siguen teniendo una deuda moral con el pueblo venezolano. Deben dar signos concretos como son el diálogo con todos los actores públicos y el logro de acuerdos mínimos para responder a la grave crisis humanitaria -tanto alimentaria como de salud- que sigue poniendo en riesgo a la vida de muchos que hacemos vida en este país.

Nunca es tarde para cambiar. Esta crisis puede ser también la oportunidad para reinstitucionalizar lo público. Todos queremos que se vuelva la mirada a «la vida de las personas». Una mirada que atienda a las necesidades vitales más urgentes para evitar la muerte de inocentes por falta de insumos. Una mirada que comience a sanar la deuda moral que muchos políticos cargan en sus conciencias de cara al pueblo venezolano.

Ante este drama, podemos aprender de la visión de sociedad que el Papa Francisco viene proclamando a lo largo de sus viajes apostólicos. Una en la que reine el bien común por encima de las ideologías, donde la moral social juegue un rol determinante en las decisiones políticas y los programas sociales.

En función de esto, quisiera poner a la disposición de todos los lectores lo que un grupo de teólogos venezolanos están haciendo desde el Boston College para Venezuela. A través de una nueva plataforma en línea, se comenzarán a ofrecer cursos, completamente gratis, con la finalidad de promover el pensamiento sociopolítico del Papa Francisco. Estos cursos permitirán profundizar algunas líneas de acción que pueden ayudarnos a discernir nuestra situación actual. Los invito a escribirme si desean profundizar acerca de esta iniciativa. Todos podemos aportar nuestro granito de arena en pro del país.

Rafael Luciani
Doctor en Teología
rlteologiahoy@gmail.com
@rafluciani

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