Papa Francisco 20 de agosto de 2016
Cuando el Papa Francisco canonice
a la Beata Teresa de Calcuta este 4 de septiembre, no será
simplemente un cumplimiento del deber de su oficio, él estará honrando a una
mujer a la cual él mismo se ha referido como un símbolo, un ícono de nuestra
era.
Madre Teresa: modelo de vida para
el Papa Francisco
Cuando se habla de la intersección de
la oración, la piedad, actos concretos de caridad y de paz, la Madre
Teresa era a la primera persona que el Papa Francisco tomaba como
referencia.
En una de sus primeras homilías en
las mañanas de noviembre, el Papa Francisco habló sobre la guerra y sobre cómo,
por la forma que viven sus vidas, muchas personas promueven el odio en lugar de
paz. La venta de armas, en lugar la propagación del amor. En ese entonces dijo:
“Mientras los traficantes de armas
hacen su trabajo, hay pobres sembradores de paz que dan su vida para ayudar a
una persona, y luego a otra, y a otra... La Madre Teresa fue claramente uno de
esos pacificadores"
“Con cinismo, el poderoso podría
decir «¿Pero qué logros hizo esta mujer? Ella pasó toda su vida ayudando a
morir a la gente»”, dijo el Papa Francisco, señalando que los cínicos
no se dan cuenta de que la Madre Teresa comprendió el camino hacia paz,
mientras que ellos no.
Una vida de oración y misericordia
Una reflexión mucho más extensa del
Papa sobre el tema fue publicada en julio; el Papa escribió el prefacio de un
libro perteneciente a una editorial italiana, dicho libro relata las charlas
que la Madre Teresa realizó en Milán en 1973.
La vida de la Madre Teresa demostró estar
centrada en la oración, en la caridad, en el acto de la misericordia, en la
familia y en la juventud. El Papa Francisco escribió:
“La Madre Teresa incansablemente
nos invita a extraer de la fuente del amor: Jesús crucificado y resucitado,
presente en el sacramento de la Eucaristía”. Ella comenzaba cada día con la
Eucaristía y terminaba con la adoración eucarística, lo cual hizo posible
“transformar su trabajo en oración.
Su oración la llevó a los extremos de
la sociedad – las periferias – reconociendo a los pobres y a los marginados
como sus hermanos y hermanas, ofreciéndoles compasión.
La monjita que vestía un sari blanco
de algodón con detalles azules, enseña a las personas que sentir
compasión es posible sólo cuando el corazón abraza las necesidades y heridas
del prójimo, dando testimonio a la caricia de Dios"
“El evangelio le dice a las personas
que serán juzgados en el fin de los tiempos por cómo alimentaron a los
hambrientos, como vistieron a los desnudos y como se encargaron de los que
necesitaban su ayuda. La Madre Teresa hizo de esta página del
Evangelio una guía para su vida y para el camino a su santidad –lo cual puede
funcionar para nosotros también”.
El Papa Francisco también señaló en
el libro que, a partir de su experiencia atendiendo a los marginados, la
Madre Teresa conocía y constantemente enfatizaba en la importancia de la
familia y de la oración en familia.
“En casa es el lugar en donde las
personas aprenden a sonreír, a perdonar, a dar la bienvenida, a sacrificarse
por el otro, a dar sin esperar nada a cambio, a rezar y a sufrir juntos, para
regocijarse y ayudarse los unos a los otros”.
Y, en un mensaje dirigido a los
jóvenes que se encontraban al final del prefacio, dijo: “
Vuelen alto como el águila, que es el
símbolo del país de origen de la Madre Teresa, Albania. No pierdan la
esperanza, no dejen que nadie robe sus futuros, el cual está en sus manos.
Permanezcan con el Señor y ámenlo así como él les ama a ustedes; sean
constructores de puentes que destruyan la lógica de la división, del rechazo,
el miedo al otro, y pónganse a ustedes mismo al servicio de los pobres”.
También hizo referencia a la Beata
Teresa en su exhortación apostólica del 2013, “Evangelii Gaudium”, proclamación
del Evangelio en el mundo moderno. La afirmación del derecho y la obligación de
los cristianos al expresar públicamente sus opiniones sobre temas políticos y
sociales con motivo de promover el bien común. El Papa escribió:
“¿Quién pretendería encerrarse en una
Iglesia y callar el mensaje de San Francisco de Asís y de la Madre Teresa de
Calcuta? Ellos mismos lo habrían encontrado inaceptable.Una fe auténtica,
verdadera – la cual jamás es cómoda o totalmente personal – siempre implicará
un profundo deseo por cambiar el mundo, por transmitir valores, por hacer de la
tierra un lugar mucho mejor, de dejarla mejor que como la encontramos”.
En abril, volando de regreso a Roma
desde Lesbos, Grecia, con 12 refugiados sirios, se le preguntó al Papa qué
diferencia podría hacer visitar un campo de refugiados o albergar a alguno de
ellos. "Voy a responder con una frase que no es mía", dijo a los periodistas
que viajaban con él.
"La misma pregunta se le hizo a
la Madre Teresa: ‘Todo este esfuerzo, todo este trabajo, sólo para ayudar a las
personas a morir. ¡Lo que estás haciendo es inútil! ¡El mar es muy grande!’” La
Madre Teresa respondió: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una
gota en el mar, pero el mar no sería el mismo si le faltara esa gota’. Así es
como yo respondería, es un gesto muy pequeño, pero es uno de esos pequeños
gestos que – todos, mujeres y hombres – debemos hacer para llegar a alcanzar a
aquellos que nos necesiten”.
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