Luis Manuel Esculpí 02 de agosto de 2016
@lmesculpi
Es
sabido que las analogías suelen establecer semejanzas entre situaciones
distintas. La historia a veces posibilita establecer comparaciones o
paralelismos ante realidades diversas. Sucesos recientes distantes unos de
otros en el tiempo y en el espacio nos llevan a relacionarlos, para ello -con
la anuencia del lector- me remontaré a las postrimerías de los setenta del
siglo pasado.
Un
grupo de dirigentes nacionales del Movimiento al Socialismo, nos
autodenominábamos ” la ruta del sur”, porque todos vivíamos entre Los Rosales,
Santa Mónica, Chaguaramos, El Valle y Coche. La mayoría ya fallecidos,
lamentablemente. Acostumbrábamos encontrarnos al salir a de las reuniones de la
Dirección. Nos veíamos en el bar de Rodríguez -al apellido del dueño-en Santa Mónica,
para intercambiar ideas acompañadas de unos tragos.
Un
sábado del año setenta y ocho llegamos primeros al encuentro pos reunión Luis
Bayardo Sardí, Anselmo Natale y yo; mientras esperábamos al resto de los
contertulios Argelia Laya, Víctor Hugo D’Paola, Mayita Acosta y J A Rodríguez
Rauseo (mejor conocido como el gordo RR ) Bayardo nos relató que había
conversado con García Márquez, quien estaba de paso por Caracas, con la misión
de conseguir ayuda para los sandinistas en su lucha por derrocar la dictadura
de Somoza , con ese propósito se había reunido con Carlos Andrés Pérez. Los
resultados de esa gestión arrojaron resultados positivos.
Unos
meses después (julio del 79) es derrocada la dictadura y asume el gobierno el
Frente Sandinista. Las tres tendencias en las cuales estaba dividido el frente
logran unificarse ese mismo año y la unidad alcanzada, constituyó un factor
decisivo en la victoria, como ha sucedido también con otras experiencias; para
citar una, en nuestro país, la Junta Patriótica se constituyó a mediados del
año cincuenta y siete.
En
paralelo al triunfo Sandinista se celebraron en Venezuela elecciones de
concejales separadas de las nacionales y la izquierda de ese tiempo concurrió
unitariamente al proceso, por la Liga Socialista de Caracas participó en las
discusiones para elaborar la plancha Nicolás Maduro, a nosotros nos
correspondió representar al MAS en ese complejo procedimiento. La unidad obtuvo
un número importante de concejales entre ellos resultamos electo por el
Distrito Federal Aristóbulo Istúriz (MEP) y este relator.
La
fractura de la izquierda provenía de la década anterior cuando comenzó un
proceso de rectificación con la conducta que se había asumido, se inició una
profunda reflexión y se produjo la ruptura entre una posición renovadora que
asumía la democracia como proyecto, una visión moderna y anti dogmática por una
parte; por otra quienes se negaban a rectificar y permanecían aferrados a los
viejos dogmas del marxismo-leninismo. El MAS – de ese tiempo-fue precursor y
baluarte de la transformación. La Liga Socialista -organización a la que
pertenecía Nicolás- se negaba a enmendar los errores, proclamando su condición
marxista-leninista. Seguían prisioneros de la vieja cultura ideológica que
evidenciaba su fracaso en los países de Europa del este y en todos donde se
intentó implantar como modelo.
La
revolución Sandinista -desde sus inicios- estuvo muy influenciada por los
dirigentes cubanos y por la concepción stalinista de los viejos partidos
comunistas. Por ello se produce, en el tiempo, una separación de los sectores
democráticos del FSLN, con el grupo de Ortega. Sergio Ramírez lo describe
magistralmente en su libro: Adiós muchachos.
Hoy
Daniel Ortega preside el gobierno de Nicaragua y Nicolás es Presidente de
Venezuela ¡Quién lo podía imaginar! Ambos han desconocido el organismo
democrático por excelencia, como lo es el poder legislativo. Tanto Ortega como
Maduro encabezan regímenes autoritarios y califican de traidores las voces
disidentes. Los dos provienen de una misma escuela. Practican una misma
religión. Se asemejan en la retórica y la fraseología. A veces los paralelismos
no suelen ser casualidades. Teodoro diría de ambos personajes pertenecen a la ”
izquierda borbónica ” porque “ni olvidan ni aprenden”.
@lmesculpi
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