Por Jesús Alexis González, 06/03/2017
En el presente artículo, soslayamos el impacto
socioeconómico de la corrupción que a la luz de la percepción de una mayoría de
la población venezolana supera el desorbitante monto de $ 350.000 millones en el espacio histórico del chavismo-madurismo,
en armonía con lo reflejado a nivel mundial a través del Índice de Percepción de Corrupción (IPC) año 2016 que determina el
grado en que los funcionarios públicos y los políticos aceptan sobornos,
reciben pagos ilícitos, desfalcan fondos públicos, entre otros delitos (va
desde 0 a 100 siendo cero el muy
corrupto y 100 el ausente de
corrupción)donde nuestro país ocupó el puesto
166 entre 176 países con 17 de puntuación en un contexto donde
Somalia se ubicó en el último puesto con 10 puntos, y Dinamarca y Nueva Zelanda
compartieron el primer puesto con 90 puntos (EEUU el 18 con 74 puntos, Cuba el
60 con 47 puntos y Rusia el 131 con 29 puntos); para centrar la atención en el daño que propicia la genuflexión que muestra la naciónentendida como la acción de doblar
las rodillas hacia el suelo en señal de reverencia,
sumisión y adoración al proceso de corrupción que impera actualmente, hecho
que ha inducido una suerte de moralidad
del lucro privado en el marco de una cultura
de la ilegalidad.
Tal acontecer de inmoral
corrupción, que evidentemente va en contra de toda regla social muy
especialmente en cuanto a las buenas
costumbres se refiere, ha sido abonado por indiferencia conductual de los ciudadanos al punto de estar
comportándonos como cómplices necesarios
para la maduración y proliferación de antisociales
de nuevo cuño que a la “vista de todos” están en contra de las normas y
reglas de comportamiento en sociedad, al igual que de los ¡VALORES ÉTICOS!La corrupción,
que el Banco Mundial cataloga como un abuso del poder público en beneficio
propio, podemos de nuestra parte contextualizarla como una deliberada acción
humana que transgrede las normas legales
y los principios éticos en perjuicio del interés común de la sociedad, la cual
adquiere formas variadas cuando se
ejerce la función pública tal como extorsión
(exigen dinero a los usuarios de un servicio público), soborno (reciben dinero para para otorgar una respuesta favorable
al margen de haberse cumplido los requisitos), peculado (apropiación de bienes bajo su administración), fraude (venta o uso ilegal de bienes
del Estado o gobierno), colusión (asociación
con contratistas y proveedores con el fin de procurarse beneficios), malversación de fondos y desfalco(utilización
de mecanismos impropios para sustraer dinero del presupuesto público), y el
masificado tráfico de influencias (ejercicio
del cargo para obtener un beneficio personal o familiar). Ese funesto “motor de la corrupción”, recibe
combustible desde la impunidad, la concentración de poderes y por la
presencia de un partido único
oficialista que en conjunto perfilan una depravación moral que genera una desconfiguración social desde el
instante que se perfecciona tanto un comportamiento
político desviado (falta de ética política), como una conducta política contraria a las normas jurídicas (falta de ética
jurídica).
Sea pedagógicamente necesario, referenciar la
denominada moral marxista cuando
asume que al estarse persiguiendo una mayor
justicia social, superior al sistema capitalista, mediante la construcción de un nuevo orden socialista,
se supone que tal nuevo orden, tendrá necesariamente que corresponder a una nueva moral que desplaza la moral
capitalista; en conjunción, tanto con el Manifiesto Comunista donde se sostiene que la revolución comunista “abolirá toda moralidad en vez de fundarla
de nuevo”, como con el propio Marx quien
señaló que los seres humanos no
necesitan una moral para ver transformado su mundo; al tiempo de agregar
que las ideas morales no contribuyen a
superar el mundo real, al extremo de afirmar que los términos moralidad y critica moralizante eran epítetos insultantes. A tenor de lo
expresado, nos emana una interrogante: ¿Será
por estos “argumentos” que la “revolución” chavista-madurista decidió abandonar
toda acción vinculada con la moralidad?
Nos permitimos citar nuestro artículo del 19/03/2016:
http://cedice.org.ve/corrupcion-en-revolucion-con-vision-anclada-en-cap/donde
sostuvimos que el largo juicio seguido a CAP sirvió de escuela para la enseñanza-aprendizaje de la antipolíticadonde
ejercieron “notables” maestros;
juicio sustentado en una rectificación
presupuestaria (22/02/1989) por la cantidad de doscientos cincuenta millones de bolívares (Bs 250.000.000,00) que
luego fueron cambiados a una tasa preferencial de Bs 14/$ para alcanzar un total de $ 17.241.379,31 teniendo como beneficiario al Ministerio de
Relaciones Interiores (MRI). Dicha operación, se conoció el 08/11/1992---luego de 4 años---por la televisora
Televen pasando a ocupar con asombrosa inmediatez los titulares de la prensa
nacional (¿eficiencia comunicacional o estrategia soterrada?), al punto que el
Fiscal General en una, hasta ese momento, desconocida
agilidad burocráticasolicita ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) un
Antejuicio de Mérito contra CAP el 11/03/1993---4 meses después de la denuncia televisiva---imputándolo por una “presunta comisión de hechos delictuosos
contra la cosa pública” y por la “comisión
de delitos de malversación y peculado”; hasta que el 30/05/1996 la CSJ
dicta la sentencia definitiva---7 años
después de haberse efectuado la rectificación presupuestaria---condenándolo
a 2 años y 4 meses de arresto domiciliario
por la comisión del delito de malversación
agravada al tiempo de ser absuelto
del cargo de peculado doloso. Ante el desenvolvimiento y resultado de ese
tormentoso “juicio presidencial”,
nos surgen tres interrogantes: (1): ¿Fue un juicio anticorrupción o antiCAP?
(2): ¿Existen en la actualidad
causas para iniciar un “juicio masivo” por corrupción? (3): ¿Estará el TSJ dispuesto a “permitir” (¿?)
la apertura de juicios?
Como reflexión
final, nos formulamos una nueva interrogante: ¿Renunciará el venezolano tanto a su actual genuflexión ante la
corrupción como al argumento según el cual la manera de encontrar la acción es a través de la ¡¡¡ INACCIÓN !!!
Economista Jesús Alexis González
@JesusAlexisGo10
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