Organizaciones emiten un comunicado en respuesta al reciente informe
publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), sobre el panorama de la seguridad alimentaria y nutricional
en América Latina y el Caribe en 2016.
Caracas, febrero 2017.- El Observatorio Venezolano de la Salud
(OVS), el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central
de Venezuela, la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición, la
Fundación 5 al día, el Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela y el
Centro de Investigaciones Agro-Alimentarias de la Universidad de Los Andes
(CIAAL), en conjunto con varias organizaciones, han decidido pronunciarse ante
el más reciente informe publicado por la FAO (Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación), denominado “Panorama de la
Seguridad Alimentaria y Nutricional: Sistemas alimentarios sostenibles para
poner fin al hambre y la malnutrición. América Latina y el Caribe, 2016”, en
virtud de la ausencia de información importante, real y verídica, sobre la
situación alimentaria de Venezuela.
En el comunicado*, donde se plantean una serie de preguntas y comentarios,
se explica que el deterioro de la situación alimentaria, nutricional y de salud
en Venezuela se ha profundizado durante el último trienio 2014-2016, cuando los
indicadores de alimentación, nutrición y salud han exhibido cifras nunca antes
vistas en Venezuela, con el surgimiento de fenómenos que expresan situaciones
extremas de inseguridad alimentaria y hambre en toda la población, en especial
en los grupos vulnerables.
Por ello llama la atención el hecho de que diversos aspectos relevantes
para Venezuela quedan sin ser analizados en el informe que publica la FAO, el
cual se nutre de los datos suministrados por el Instituto Nacional de
Estadística de Venezuela (entidad que por ley le corresponde suministrar los
datos oficiales a los organismos internacionales).
Desde el comienzo del Informe se señala que América Latina y el Caribe se
adelantó al resto del mundo al establecer sus propias metas para la
erradicación del hambre para el año 2025. Igualmente, que los países de la
región adquirieron compromisos al aprobar el “Plan de aplicación integral
sobre nutrición materna, del lactante y del niño pequeño”, donde “se
comprometieron a disminuir la desnutrición, el sobrepeso, la anemia y a
aumentar la prevalencia de la lactancia materna antes del 2025”. La
pregunta que surge frente a esto, es ¿cuál es el compromiso puntual e
individual que adquirió Venezuela para cumplir con esta meta?
Además de omitir información, el informe de la FAO incluye cifras
desactualizadas sobre Venezuela. En el caso de las tasas de mortalidad materna,
en menores de 5 años y neonatal de Venezuela, estas solo aparecen representadas
a través de gráficos. No fueron tomados en cuenta los datos oficiales de la
propia Memoria y Cuenta del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS),
presentada en 2015 ante la Asamblea Nacional, que muestra cifras alarmantes en
el aumento del porcentaje de mortalidad materna, que fue 5,5 veces más alto que
el valor registrado en el año 2012.
Además, es importante resaltar que la tasa de mortalidad neonatal reportada
en este informe de la FAO no coincide con los resultados presentados por el
MPPS en su Memoria y Cuenta 2015, que muestran un exorbitante aumento 100 veces
mayor al porcentaje de muertes neonatales/nacimientos vivos registrados con
respecto a 2012.
Con respecto a la disponibilidad de alimentos entre 2014 y 2015, el Informe
no ofrece ningún análisis ante la gran diferencia, por defecto, que presenta
Venezuela respecto a otros países en la cifra de importación de alimentos. No
debe olvidarse que tanto las importaciones como exportaciones de alimentos en
Venezuela registraron una importante reducción, acompañada de la disminución de
la producción nacional de alimentos.
Y en cuanto a la disponibilidad por grupos de alimentos correspondiente a
las distintas regiones del mundo y de América Latina y el Caribe (expresadas en
gramos/persona/día), en el Informe de la FAO llama la atención que la
información incluida corresponde a los años 2009, 2010 y 2011, período en el
cual la situación en Venezuela era completamente distinta.
Por otra parte, y en cuanto a la evolución de la desnutrición infantil
crónica en países de la región, merece destacarse que hasta el año 2015 fue
favorable. Los datos venezolanos corresponden al período 1990-2009, durante el
cual se observó una reducción de esta prevalencia con un valor de 13,4% para
2009, pero preocupa además que Venezuela, en las condiciones de pobreza que se
encuentra desde los últimos años, no reporte este dato desde 2009.
Estos son solo algunos de los aspectos abordados en el comunicado emitido
por las organizaciones científicas, académicas y de la sociedad civil que lo
suscriben, y que al final representan argumentos para solicitarle a las
agencias internacionales del Sistema de Naciones Unidas asumir como prioridad
la protección de los derechos humanos y de la población civil, tal y como está
establecido en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos y como fue exhortado en 2013 por el entonces Secretario
General de la ONU, Ban Ki Moon, al firmar la iniciativa denominada “Derechos
Humanos Primer Lugar” (Human Rights Up Front).
No alertar acerca de la situación alimentaria y nutricional venezolana
actual podría ser considerado como una violación al mandato “Derechos Humanos
en Primer Lugar”, cuando el personal en terreno local de las agencias del
Sistema de Naciones Unidas no reporta a sus respectivas sedes la verdadera
situación de la población (en este caso, la venezolana), advierte el comunicado
en respuesta al informe “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional:
Sistemas alimentarios sostenibles para poner fin al hambre y la malnutrición.
América Latina y el Caribe, 2016”, divulgado por la FAO en conjunto con la
Organización Panamericana de la Salud, el 19 de enero de este año.
Prensa OVS
Para leer el informe completo:
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