Por Tulio Álvarez
Les pregunto: ¿Qué legitimidad
tenía el Juez español Garzón para ordenar la captura internacional del General
Augusto Pinochet por supuestos crímenes que no ocurrieron en territorio
español? La respuesta a esta interrogante tiene absoluta vigencia ante la
reciente instalación en la ciudad de Washington de un alto tribunal de
Justicia, auspiciado por la Organización de Estados Americanos, conformado por
los ciudadanos venezolanos designados por la Asamblea Nacional en el mes de
julio de 2017.
Mi interés aquí no está en
analizar jurídicamente la legitimidad o no de un tribunal que se constituya en
tales circunstancias, lo cual ha comenzado a ser un interesante tema que se
inscribe en la filosofía del derecho y en las materias propias del Derecho
Constitucional. En realidad, me interesa más escarbar en la justificación y
efectos políticos de medida tan innovadora; y el respaldo tan atrevido que le
ha dado el Secretario General del organismo regional. Esto me da la ventaja de
no colocarme en los extremos y eludir debates estériles. Además, estoy
convencido de que el aspecto jurídico es un elemento secundario, por decir lo
menos, en aquellos que ejecutan tal estrategia.
La valoración de la acción
apadrinada por Almagro podría ser considerada descabellada, sin base, un teatro
más para ocultar un desastre singular, hasta irrelevante. Calificaciones que se
asimilan a aquellas utilizadas en variados escenarios del pasado en los que se
constituyeron gobiernos o estructuras representativas de factores de
resistencia política en el exilio. Unas quedaron en testimonios históricos,
pero otras se convirtieron en plataformas de lucha.
Por ejemplo, uno de mis
personajes históricos dilectos, me refiero al General Charles de Gaulle, huyó
de Francia y constituyó un gobierno francés en el exilio para hacer contrapeso
al nazismo. En realidad, el Gouvernement de la France Libre era el mismo y un
ayudante, en su principio. Se valió de la BBC para realizar su appel du 18
juin, llamando a todos los franceses a enfrentar el totalitarismo. Utilizó el
respaldo de Winston Churchill, con él cual estaba unido por una profunda y
mutua antipatía. Sumo respaldos y, al final, entró a una París liberada no como
general sino como jefe del gobierno provisional. Sus armas: Fuerza de voluntad,
vocación unitaria en tiempo de guerra y respaldo internacional de algunos
Estados que reconocieron su status por pura conveniencia.
Lo cierto del caso es que
después del 30-J y la respuesta alambicada que nos llevó a la desarticulación y
la nada, la comunidad internacional en general, Almagro en particular, quedaron
movidos. Como sostener la tesis de una dictadura brutal, fraudulenta y opresiva
si, en lo interno, las señales objetivas estaban en orden a la adecuación
progresiva del status político en el mejor estilo de Vichy. Pues la respuesta
que ha dado en lo político es contundente; si en Venezuela no designaron un
gobierno con quién entender una factible transición, entonces se constituye en
el exilio un Tribunal de Justicia debidamente apoyado por el legítimo órgano de
soberanía nacional, al tiempo que se reconoce la entidad de la Fiscal General
de la República, la cual a su vez es respaldada por sus pares de todo el
continente.
Bien por Almagro al retomar la
crítica imagen internacional, pero, ¿basta con tal performance? ¿Cuál es la
competencia para que no se crucen los brazos las damas y caballeros en las
oficinas de la OEA? Lo que sucedió en Washington no tiene precedente sino en
tiempos de guerra. Supuestamente carente de competencias y ámbito de acción, el
resultado final estará sujeto a las decisiones adecuadas a la crisis. E imagino
que allá están vividos en lanzar los dardos dónde corresponde; mientras que
aquí, el régimen de maduro y los factores económicos que lo apoyan, están
seriamente concentrados en neutralizar lo que viene. Pero, insisto en
preguntar, ¿qué es lo que debería venir?
Simplemente, la activación de
una jurisdicción universal en temas tan álgidos como el de derechos humanos.
Con la legitimidad de origen que le dio la Asamblea Nacional, el respaldo y
adscripción de la ONU y OEA, además del reconocimiento de las democracias del
Continente y la Unión Europea, previa definición reglamentario del ámbito de
sus actuaciones, un cuerpo de esta naturaleza le puede crear un tremendo
conflicto al régimen de Maduro si se constituye en un órgano: a) Que canaliza
las denuncias sobre la violación de derechos humanos en Venezuela o de ciudadanos
venezolanos en el extranjero activando los mecanismos de protección previstos
en los tratados internacionales de derechos humanos; b) Que se activa en el
conocimiento de los crímenes vinculados a la corrupción y lavado de dinero,
ejecutados por funcionarios o autoridades venezolanas y sus colaboradores,
auxiliado por la Fiscal General en el exilio; c) Que entra a conocer la
constitucionalidad de los contratos de interés nacional celebrados por el
régimen irrespetando procedimientos y mecanismos de control establecidos en la
Constitución; y d) Asume la activa inquisición ante organismos e instituciones
de los Estados, bajo los parámetros de colaboración internacional, con el
objetivo de establecer los vínculos transnacionales de los delitos económicos
cometidos contra el pueblo de Venezuela.
Si el organismo instalado en
Washington tiene reconocimiento internacional las consecuencias son inmediatas
y graves. Pueden hacer requerimientos de información a los Estados, pueden
librar orden Internacional de detención ante las autoridades judiciales de
otros países, pueden alertar a los miembros de la comunidad internacional sobre
las irregularidades de contratos internacionales no validables; en fin, pueden
aprovechar todos los mecanismos consagrados en los instrumentos diseñados para
la lucha contra el terrorismo, narcotráfico, legitimación de capitales y , en
general, delitos económicos transnacionales. Los tratados y el principio de
colaboración internacional son suficientes para cumplir tales cometidos.
Imaginen el caso Odebretch. La
información está en las fiscalías de todos los países que fueron víctimas de
depredación. Se puede requerir y con seguridad la van a dar. Los perpetradores
han declarado como se canalizó la corrupción en Venezuela. La determinación de
responsabilidad pasa por librar orden Internacional de detención contra los
investigados. Al tramitarse y producirse una eventual detención, el afectado
seguramente acudirá ante los altos tribunales de los países que ejecuten la
orden, alegando la irregularidad del proceso y la falta de jurisdicción del
tribunal que libró la orden. Pero, ¿cómo podría establecerse la ilegitimidad;
si la cancillería de ese país se ha pronunciado sobre la situación de ruptura
del orden constitucional en nuestro país y comparte el criterio que avala a la
Asamblea Nacional como legítimo cuerpo representativo del pueblo venezolano?
Difícil cuestión, pero mientras tanto tienen los sesenta (60) días de detención
provisional que en promedio establecen los tratados. Suficiente para crear
angustia.
La ejecución del proceso
implicaría poner al detenido ante el alto tribunal en Washington y el gobierno
de los Estados Unidos, que presta su anuencia cuando quiere, tendría que poner
a disposición del tribunal un establecimiento de detención federal mientras se
desarrolla el proceso. Lo interesante es que hemos llegado a un punto en que
las acciones van por la libre, ¿quién iba a pensar hace pocos días que los
perseguidos iban a encontrar refugio y reconocimiento formal bajo el patrocinio
de la OEA? ¿Quién puede pensar que es un acto producto de una acción
irreflexiva que no midió las consecuencias o no realizó las consultas del caso?
Si existe la voluntad política
todo se puede, más si hay respaldo de la comunidad internacional y se aplica la
jurisdicción universal. De Gaulle no dudó a la hora de actuar. No era
constitucionalista, ni siquiera abogado, pero tenía una aguda perspicacia
política a pesar de ser militar. Lo único que les puedo decir es que este mundo
cada día es más pequeño para los hijos de la corrupción. Y yo tengo la certeza
que, al igual que lo dijo en su corta alocución el héroe francés, los mismos
medios que nos han vencido pueden darnos un día la victoria. Y está a la vuelta
de la esquina.
Fuente: https://infocifras.org/2017/10/01/inquisidores-tras-los-verdugos-tulio-alvarez/
05-10-17
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