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jueves, 6 de agosto de 2015

¡Será difícil, eso lo sabemos!, @VzlaEntrelineas


Por María Denisse Fanianos de Capriles, 05/08/2015

Todos sabemos que Venezuela está viviendo uno de los períodos más difíciles de su historia. Y yo particularmente siento que esto cada día se pondrá peor. Cada día habrá más escasez, y tendremos que ingeniarnos de las mil maneras posibles para ver qué le podemos preparar de comida a nuestros hijos, con lo que tengamos en la casa. 

Estos meses he pensado mucho en mis bisabuelos libaneses y en personas que conocí que vivieron la segunda guerra mundial. Recuerdo los cuentos que me echaban de cómo hacían para cocinar con lo que tenían y cómo hacían para rendir la comida.

Sin duda lo que más me preocupa (y puede preocupar a muchos) es la escasez de medicinas. Ya varias personas han muerto porque no pudieron tomar sus remedios o porque no los pudieron atender en el hospital. Esa es una realidad durísima que la he pensado mucho porque sé que nos puede pasar a cualquiera de los que vivimos en estos momentos en Venezuela. Sin hablar de la trágica realidad de la delincuencia que también nos puede quitar la vida en cualquier momento.

Por otra parte, yo siento que se tiene esperanza en las elecciones de diciembre. Sé que hay que ir a votar y llevar a todo el que encontremos en nuestro camino. Pero no tengo ninguna confianza en este gobierno y sé que harán todo lo posible por hacer trampa con las elecciones y los resultados de éstas. ¡Pero igual tenemos que ir a votar y defender nuestro voto en las mesas!

Yo tengo confianza en las Fuerzas Armadas. No sé por qué, pero la tengo. Y rezo por los militares todos los días.

Sé, por tanto, que el panorama que tenemos por delante en estos próximos meses, y quién sabe si años, no serán nada fáciles. Y pienso que mientras tengamos esto muy claro, y tengamos muy claro que tenemos que ¡resistir!, pase lo que pase, y no abandonar la lucha (cada uno en nuestra trinchera) podremos cambiar el destino de nuestra amada Venezuela.

Estos meses he visto varias películas de la segunda guerra mundial y actualmente estoy leyendo un libro maravilloso que se llama El baile tras la tormenta de José Miguel Cejas, donde se relatan testimonios particulares de personas que se quedaron en Polonia, Lituania, Croacia, Letonia, etc. luchando contra el comunismo.

Gente que pasó cosas terribles, un frío extremo, hambre de verdad, que los metieron presos, que los torturaron… pero que gracias a su resistencia y a lo que ellos hicieron (cada uno lo poco que podía) ese comunismo terminó y lo que han logrado en sus países (luego de los vestigios terribles que dejó ese totalitarismo salvaje) es impresionante.

Y lograron salir adelante. Lograron recuperarse. Y que conste que esos países no tenían ni el clima ni las riquezas naturales que tiene Venezuela.

Pero más allá de las riquezas naturales que nosotros podamos tener, en Venezuela hay muchísima gente joven (y no tan joven) preparada, talentosa y luchadora dispuesta a trabajar las 24 horas del día si es necesario para poder encontrar otro camino y reconstruir ¡nuestro! país.

Es verdad que se ha ido mucha gente joven, talentosa. Dios quiera que algunos de ellos regresen a ayudarnos cuando nos toque la etapa de la reconstrucción. Yo estoy segura que así será.

Pero también es verdad que aquí hay muchísimos jóvenes que se han podido ir y no lo han hecho. Y lo digo con propiedad, porque mis seis hijos están en Venezuela y se quedan en Venezuela a luchar por su país. Y con ellos muchísimos amigos de ellos que aquí vienen, a mi casa, a reunirse, a estudiar, a soñar juntos con una mejor Venezuela. Y mientras tanto yo me las tengo que ingeniar para poder ver qué carrizo les doy de comer a todos esos muchachos que siempre tienen hambre.

A mí nadie me va a quitar la esperanza, porque yo estoy rodeada de esperanza. A mí me impresiona la cantidad de personas preparadísimas que me escriben, que están aquí (ingenieros, arquitectos, abogados, etc.) y que están dando el todo por su país y que están dispuestos a trabajar (sin cobrar un medio) para reconstruir a nuestra amada Venezuela.

Aquí sobra gente honesta y preparada. Aquí sobra gente que resiste el día a día con heroísmo y que está pendiente siempre de ayudar al que está peor que él. Aquí sobra gente que se está fogueando con la injusticia y que sueña con justicia para los corruptos, para los mentirosos, para los tiranos… Aquí sobra gente que no deja de soñar, que no deja de rezar y que lucha sin descanso por una mejor Venezuela para todos los venezolanos, para todos nuestros hijos, para todos nuestros nietos.

Aquí sobra esperanza, por eso nada ni nadie, ¡nunca! nos la va a quitar. ¡Somos muchos soñando las mismas cosas! ¡Somos muchos los que amamos con locura a esta tierra de gracia donde Dios quiso que naciéramos! ¡Somos muchos los que estamos resistiendo ¡y resistiremos! pase lo que pase! ¡Somos muchos los que estamos preparándonos para un renacer en nuestra patria! ¡Un renacer donde por sobre todas las cosas brillen la verdad, la justicia, la libertad y la paz para todos!

¡Que Dios y la Santísima Virgen de Coromoto bendigan a nuestra amada Venezuela y a todos nuestros queridos hermanos venezolanos!



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