Luis Manuel Esculpi 04 de diciembre de 2018
@lmesculpi
Recientemente
se celebró en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela el Congreso
del Frente Amplio Venezuela Libre, este evento fue la culminación de un proceso
en el que se efectuaron 24 Congresos Regionales y donde participaron más de
diez mil personas; lo que constituye en las actuales circunstancias, un
acontecimiento de significativa importancia y de avance en la reconstitución de
una plataforma representativa y plural, que podrá convertirse en una expresión
de la unidad posible y necesaria requerida para la acción en la lucha por el
cambio político.
En ese
espacio confluyen, gremios representaciones de las iglesias, sindicales y
empresariales, partidos políticos, la disidencia del oficialismo,
organizaciones de la sociedad civil, de las universidades y las academias, en
síntesis la Venezuela que impulsa la conformación de una alternativa ante el
desastre actual.
La
excelente y alentadora iniciativa de la configuración del Frente no exonera a
las organizaciones políticas del rol que ellas deben cumplir, es altamente
positivo que participen de ese encuentro, al igual que la nutrida
representación de los parlamentarios presentes en el acto, mas la labor que
deben realizar no se limita a esa participación, el diseño de la estrategia, el
desarrollo de acciones en la dirección de esa ruta a es una responsabilidad
indelegable.
Los partidos
políticos para colocarse a la altura de esa exigencias tendrán necesariamente
que internamente revisar su actuación para poder asumir las tareas del
presente. Comprender que la definición de sus propios perfiles no implica
sacrificar las posturas unitarias, ambos propósitos se pueden compatibilizar y
combinar armónicamente.
Está
planteado un reconocimiento de las mutaciones producidas en el país en las dos
ultimas décadas, en el comportamiento de los venezolanos, en la manera de
percibir las instituciones del estado y su relación con la sociedad, su visión
sobre las organizaciones políticas, sus reacciones ante la espantosa crisis que
vivimos y más en general el país en que aspira vivir la mayoría.
Un
discurso político que interprete esos sentimientos sintonizaría y dotaría de
contenidos a la lucha por el cambio, su comunicación tiene que superar el cerco
comunicacional existente, tendría que innovar empleando la creatividad de las
técnicas modernas y a la vez apelar a las formas tradicionales de la propaganda
política, destacando esa modalidad insustituible que es la comunicación
interpersonal.
La
revisión sugerida contemplaría también el propio funcionamiento democrático de
los partidos -tanto los tradicionales como los más noveles- sus mecanismos de
toma de decisiones, el ejercicio de dirección colectiva ante el peso de las
individualidades, su relación con la militancia, la renovación -no sólo facial-
debe contemplar cómo un aspecto principal la actualización de sus postulados y
programas.
Sí consideramos
a las organizaciones políticas como instituciones fundamentales para la
existencia y el funcionamiento de la democracia, el favorecer su
fortalecimiento, el contribuir con ideas, proposiciones y sugerencias para
mejorar su proyección e imagen ante la sociedad para así poder cumplir con el
papel que le corresponde ahora y en el futuro, deben ser aportes, por supuesto,
sin sacrificar la crítica a las fallas, errores, y limitaciones existentes
Al
saludar la existencia del Frente Amplio, respaldar sus objetivos y gestión lo
hacemos desde la perspectiva de quienes siempre abogamos por la unidad más
extensa posible y pensando que el pueda constituir, junto a otras instancias,
un centro de conducción orientado a reformular la alternativa democrática.
La
dramática situación actual es realmente insostenible, trabajar para modificarla
es una misión de trascendencia histórica, requiere de la más amplia unidad, de
partidos fortalecidos y de una férrea voluntad para cambiar el rumbo.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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