Laureano Márquez 07 de diciembre de 2018
Mr.
Mark
Carney
Gobernador
del Banco de Inglaterra.
IN YOURS HANDS.
Estimado Gobernador:
Por
ahí deben haber llegado algunos ciudadanos con aspecto sumamente sospechoso y
caras de cuentas en Andorra a pedirle -en nombre del régimen venezolano- la
repatriación de las 14 toneladas de oro que nos van quedando de aquellas 99 que
tuvimos alguna vez, sin que sepamos bien donde se encuentra el faltante luego
de que se repartiera, perdón, se repatriara desde las bóvedas a su cargo.
Señor
Gobernador, esas 14 toneladas, a razón de 0,466 gramos por ciudadano venezolano
(que ni para una medallita de la Coromoto nos alcanza), es lo único que nos
quedará al final de este proceso destructivo para cuando el país deba
recomenzar desde abajo cuando esta gente abandone el poder. Si usted entrega
ese oro, Mr. Carney, nos dejará como se dice popularmente en Venezuela: “como
talón de lavandera”, “en el ladre absoluto”, “en la pelazón más espantosa”, y
dejo hasta ahí el listado de nuestras habituales exclamaciones de carestía de
fondos porque las que suelen usarse como sinónimo son impublicables.
Usted
no puede echarnos esa varilla. Mire, ni que le lleguen armados ni encapuchados
-que podría suceder porque con esta gente nunca se sabe- usted me les entrega
ese oro. Si quiere entrégueles unas barras de plomo pintadas de amarillo, pero
ni se le ocurra -¡mire que se lo pido por San Jorge, que ya es mucho pedir!-
darle esas 14 toneladitas que la providencia ha querido preservar, por
intermedio de su banco, para recomenzar un negocio petrolero algún día.
Los
venezolanos recordamos cuando llegaron las que fueron traídas mientras vivía el
Supremo. Todos nos preguntamos por dónde andará ese oro en estos momentos.
¿Quedará algún lingote en el banco central?, ¿quién da fe de eso? Porque aquí
las cosas no son como allá, querido Mark. Aquí se se roba en serio, los
corruptos europeos son unos aficionados. Aquí hay gente que roba y viene a
enterarse cuando lo detienen en Estados Unidos, porque como quien maneja el
tesoro piensa que eso es suyo, pasarlo de las cuentas del Estado a la personal,
equivale para ellos a cuando el resto de los mortales transferimos de la cuenta
de ahorros a la corriente.
Por
otro lado, entiendo que el oro que ustedes tienen allá está valorado en 420
millones de euros. En verdad, para el nivel de robo de la revolución bonita, es
una cifra insignificante. Aquí no se está robando menos de mil millones por
contrato corruptivo. Por otro lado, sospechosamente luego del anuncio de
repatriación, vino Erdogan y alguien dijo que le van a dar oro. Conecte una
cosa con otra. ¿No se si me explico? Es curioso Mr Mark, cuando derriban las
estatuas de Colón por estos lados se hace en nombre de la crítica a la sed
infinita de oro del conquistador y del maltrato de que fueron víctima los
pobladores autóctonos. En ambas cosas este régimen ha mostrado particular
desenfreno. Para muestra el botón del Arco Minero.
Nada
Gobernador, que tenga usted una feliz Navidad, “your complete cooperation is
expected” para que no nos vaya a pasar como aquella canción del barbarazo que
acabó con too.
Ténganos
ese oro allá, si no es molestia.
Laureano
Márquez
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