Por Eddie A. Ramírez S., 05/02/2013
En las peligrosas circunstancias que vive la República es suicida que
dentro de la alternativa democrática continúen las descalificaciones. Calumnian
quienes afirman que los integrantes de la Mesa de Unidad Democrática o ciertas personalidades son colaboracionistas que pretenden
cohabitar con el régimen. También mienten quienes califican de antipolíticos radicales
a quienes plantean estrategias constitucionales diferentes a la electoral. Desalojar
del poder al chavismo sin Chávez amerita construir una gran unidad en la que
caben diferentes grupos.
No es colaboracionismo llamar a votar a pesar de las trampas electorales.
No es colaboracionismo sostener que la trampa no está en las máquinas ni en el
Registro Electoral, aunque hay que auditar la cedulación, sino en el amedrentamiento
con las captahuellas para que se dude del secreto del voto; en el acompañamiento
obligado al elector, en las presiones a los empleados públicos e integrantes de
Misiones, en la utilización indebida de los recursos del Estado; en los cambios
de circuitos electorales, en las amenazas a los testigos y en la parcialidad de
las Rectoras del CNE.
No es radicalismo exigir condiciones electorales transparentes y un CNE
imparcial. Tampoco lo es denunciar las muchas irregularidades que se comenten
antes, durante y después de las elecciones, incluyendo la sesgada participación
de algunos militares integrantes del Plan República. No es radicalismo insistir
con razón en que todos los Poderes del Estado violan rutinariamente la
Constitución y que esta contempla la obligación de los ciudadanos de hacerla
cumplir.
Pensamos que las diferencias entre ambos grupos son superables. Algunos
voceros de la MUD, entre ellos nuestro candidato en las pasadas elecciones,
deben endurecer el mensaje ya que no pueden tolerarse las burlas a la
Constitución. Saludamos el nacimiento de la nueva Junta Patriótica, pero
algunos de sus integrantes deben dejar de lado las injustas descalificaciones y
concentrarse en defender sus puntos de vista. En lo personal soy firme defensor
de la MUD, aunque debiera dar cabida a otros sectores, y también me considero
radical en la defensa de la Constitución, así como de los principios y valores.
Chávez ya es pasado, pero vienen tiempos difíciles en el que sus ineptos
ordenanzas intentarán imponer el totalitarismo apoyados en una mayor subordinación a los Castro. Pronto habrá elecciones, por lo que requerimos
agruparnos alrededor de Capriles, quien debe comprometerse a no optar por la
reelección y aceptar un comando de campaña con amplia representación que
denuncie las trampas electorales y los atropellos del régimen. Paralelamente
deben promoverse las protestas pacíficas.
Como en botica: ¿China niega préstamos por temor a que cualquiera que
firme por Venezuela no tenga mandato legal? Rafael Ramírez también regalará
nuestro oro. Seguramente la ONU consideró “apresuradamente” que el problema son
las armas suministradas a los presos por sus custodios y los gatillos alegres
de la Guardia Nacional. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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