Luis Ochoa Terán 19 de septiembre de 2015
La
verdad no es sino una sola, el gobierno está débil, perdido y abandonado por
los sectores populares que responsabilizan a Maduro, a Diosdado y a una
revolución bolivariana, que los engañó y que solo tenían como objetivo el
saqueo del país, con el convencimiento que en la Venezuela futura jamás los
perseguirán por corruptos, por aquello, de que los políticos, los militares,
los empresario y los distintos sectores, todos están entrelazados y se cuidan
para cuando les toque el turno de depredar los dineros públicos no sean
perseguidos y así sucesivamente, por lo que hasta ahora nuestro destino esta
acompasado con su aliada la complicidad. De allí, las consecuencias del final
de la cuarta república sustituida por la quinta que resulto una réplica pero
elevada a la enésima potencia, con el agravante, que colapsaron y arruinaron al
país y nos retrotrajeron al siglo XIX.
Maduro
ahora más que nunca siente los latigazos del pueblo y sabe que el 6D ni con sal
le podrán sanar sus heridas, porque el soberano está decidido a cambiar la
dictadura que nos gobierna por una democracia social moderna, progresista, de
oportunidades pero, sobre todo, decente. El país entero, sabía de antemano que
venía la sentencia contra Leopoldo López porque indiscutiblemente él es la
venganza y la antítesis de Maduro y Diosdado, porque es un líder carismático,
educado, decente y honrado el cual definitivamente envidian, no obstante, en
nuestro interior teníamos la esperanza, que la barbarie tuviese un deje de
decoro, pero finalmente demostró lo que también todos sabíamos, que no podemos
pedirle al terreno yerto que sea fructífero. La crueldad y la impúdica
inmoralidad dio lo único podía dar, la monstruosidad de una sentencia que solo
ha sido el reflejo de ellos mismo. Leopoldo se empinara por sobre la perversión
que lo condenó injustamente y el pueblo dará su veredicto de inocencia el 6D y
le abrirá las puertas de la libertad que la opresión lo mantuvo en las
mazmorras de la vergüenza de la impía revolución bolivariana.
La
jueza tendrá en su haber hasta el final de su vida esa consciencia
revolviéndosele que ni el dinero ni los cargos diplomáticos circunstanciales
que le ofrendaron podrán evitar que su paso por el mundo entero, siempre tenga
sobre sí ese dedo acusador del rechazo al perverso verdugo, peor aún, sus hijos
se sonrojaran cuando mencionen su nombre al igual que el desprecio a aquellos
que le dieron la orden. Es el castigo que siempre reciben los que se dejan
seducir por las serpientes del poder y las riquezas del deshonor. No podemos
menos que admirar a Leopoldo por su sacrificio y su entereza, pero un capítulo
aparte merece, la valentía, la fortaleza y ese espíritu indomable de su
compañera y madre de sus hijos, LilianTintori, que ha dado una lucha titánica,
ejemplarizante frente al aplastante, arrollador y abusivo estado dictatorial
bolivariano que junto con Mitzi y todos los familiares de los presos y
exiliados políticos, han confrontado contra la tiranía que oprime al pueblo
venezolano que hoy, se ve reflejado en Leopoldo y Ledesma, pero que sin duda
alguna juntos con el pueblo, romperán las cadenas que nos oprimen y darán
inició a una nueva Venezuela libre, justa, soberana y democrática como la que
merecemos todos nosotros. ¡Que no les quede la menor duda, que de esta horrenda
pesadilla, pronto despertaremos!.
Luis
Ochoa Terán
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