Por Luisa Pernalete
Respetado señor Ministro:
Usted acaba de ser nombrado
responsable último de una “cartera” con muchos bolsillos: Educación, con sede administrativa
en un edificio con 20 pisos. De verdad, no lo envidio. Tendrá mil y una cosa
que mirar. Yo sólo he ido a dos o tres pisos de la esquina de Salas y
llevo más de 40 años entre maestros, escuelas, madres y padres con hijos en
aulas, ¿qué tal usted que apenas comienza a conocer de ese tema?
Precisamente por eso le
escribo y lo hago con respeto pues no tengo por qué pensar mal de alguien que
por primera vez se acerca profesionalmente y con mucho poder, a este mundo de
pupitres y chamos. No sé su edad, pero seguro que es más joven que yo, y lo que
sí sé, es que yo le llevo ventaja en esto del conocimiento del mundo escolar.
Lo anterior es lo que me lleva
a escribirle y rápido, ante de que abra la primera carpeta con los obligados
informes que el Ministro saliente le entregará. Empiece por escuchar primero,
con humildad. El hecho de haber estado en un aula como alumno – primaria,
bachillerato y universidad – pero no como responsable y el hecho de no
venir de ninguno de los 20 pisos le obliga a escuchar a los que sí han estado
al frente. Escuche, pregunte, digiera la información antes de ponerse a dar
órdenes. Sugiero las siguientes reuniones y algunas preguntas.
Averigüe datos básicos como
cuántos niños, niñas y adolescentes están en las aulas – asistiendo de verdad –
y cuántos oficialmente se están quedando fuera; pregunte cuántas escuelas
nuevas se hicieron en el 2016. Datos importantes que me temo no se sabe
con certeza cuántos: están yendo a clases, no sólo los que están inscritos, y
si le dan una cifra, pregunte porqué hay tal grado de inasistencia. Pregunte
también cuántos directores y maestros interinos tiene el Ministerio. Haga un
ejercicio de imaginación y piense cómo actuaría usted si le hubiesen dado el
papel de su nombramiento con la frase “Ministro interino” … Escuche a los
viceministros que tienen ya un tiempito en el cargo, qué quisieron hacer y qué
hicieron…
Otro consejo: elija un liceo o
escuela primaria al azar y váyase de incógnito. Esto es, en bus o en metro, sin
chofer ni guardaespaldas, sienta el temor que la mayoría de los maestros
sienten al ir a su lugar de trabajo: pueden ser atracados – como la maestra
Vanesa, de Maracaibo, que fue atracada 8 veces el año escolar pasado -, sepa
que también puede perder la vida yendo a trabajar, como nuestro maestro de
segundo grado, asesinado en marzo del 2016 cuando iba a su escuela vía
Guarenas; vaya en autobús, cómo va la mayoría – no da el sueldo para el mercado
mucho menos para comprar un carro -; vaya sólo, observando. Al llegar y
mezclarse con el personal del plantel, póngase al lado del director, vea la
lista de asuntos de los que tiene que ocuparse: desde saber si llegaron los
suministro del SAE, si no robaron la escuela el fin de semana, si hay
agua y electricidad, si no hay planillas pendientes para el Distrito escolar-
porque eso es lo que normalmente piden los supervisores -, si no hay
información de “balacera a la vista” – vaya a alguna escuela de San Agustín ,
por ejemplo –, evento que obligará a suspender clases tal vez por varios días…
En fin, vea la agenda del director y dígame cuando se ocupará el pobre del
proceso de “enseñanza aprendizaje” de los estudiantes, o sea cuándo se ocupará
de la lectura, la escritura… Pregúntele cuánto gana… De paso pregúntele de
dónde saca recursos para que el maestro tenga lo mínimo para trabajar: sabrá
entonces que hay docentes que ponen de su bolsillo para que su aula tenga
materiales básicos. No sé si se atreva a preguntarle al director si han
encontrado en la escuela armas – blancas o de fuego dañan parejo -, es un tema
complicado pero que la consulta educativa puso en evidencia. Pregunte a los
maestros si a veces no tienen miedo de ir a su lugar de trabajo… Pregunte a
cuántos niños les han robado sus canaimita yendo a la escuela o las han perdido
gracias a las visitas de los funcionarios de la OLP… Ah, le recomiendo no pasar
al tema del “nuevo currículo”, no creo que haya respuesta única, algunos ni
saben de qué se trata, pregunte primero cuál fue el resultado de los planteles
que el año escolar pasado lo ensayaron, para eso son los ensayos.
Al salir de la visita, piense
si le gustaría que sus hijos estudiaran en planteles como el que visitó.
Usted tal vez me dirá que su
trabajo es para “asuntos de altura”, para eso está en el despacho del piso 20,
y no para “asuntos pequeños” … yo sólo le adelanto que mejor empiece a
conocer piso a piso antes de ponerse a firmar papeles en el piso 20.
Atte.
La maestra Luisa
Pernalete
10-01-17
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