Por Luisa
Pernalete, 03/02/2013
“¿Porqué se
tienen que ir nosotros queremos que se queden y ellas quieren quedarse?”, se
preguntaba la señora Elsy, vecina de Brisas de Orinoco –San Félix – ante la
inminente partida de las Maestras Católicas, religiosas que han acompañado a
esa comunidad popular por casi una década.
No se
quieren ir, pero deben hacerlo: extranjería no les otorga la visa necesaria
para permanecer legalmente en el país.
Una mezcla de tristeza y rabia puede verse en el rostro de esas
familias que han sido beneficiadas por el acompañamiento de las hermanas. Ellas
han escuchado sus problemas, les han ayudado a educar a sus hijos e hijas, han
propiciado la formación de grupos en la comunidad, viven en la comunidad y han
sufrido las verdes y las maduras ¡hasta las han asaltado!… ¿Cuál es el mal que
hacen? ¿Por qué cuesta tanto conseguir visa para ellas?
La comunidad de Brisas del Orinoco, cuando en noviembre las
hermanas informaron que tendrían que irse por no poder renovar su visa, se
organizaron, recogieron en pocos días 305 firmas, llevaron una carta a
Extranjería en la cual preguntaban por qué no se otorgaba el documento a las
hermanas. Volvieron en enero a insistir en una respuesta… ¡Nada! ¿No se merecen
esas personas una respuesta? Mientras tanto, se han ido enterando que esa congregación
no es la única con ese problema. Burocracia versus corazón del pueblo, podría
llamarse este capítulo de la historia comunitaria… ¿Es negligencia? ¿Es que los
afectos del pueblo pobre no importan? Si, la verdad es que da dolor y rabia.
En la Ley de Extranjería aparecen los impedimentos para ingresar
al país y no vemos que se les pueda aplicar ninguno de esos a las hermanas: no
han venido huyendo de México – su lugar de origen -, no tienen ningún juicio
pendiente en su país, no son narcotraficantes, no tienen alguna enfermedad
infecciosa que ponga en peligro a los venezolanos… ¿Entonces?
“Nosotros también somos pueblo y tenemos corazón” –decía el
domingo una señora. “Si al menos nos dijeran porqué no se las dan”, decía la
señora Maudis, ambas de Brisas del Orinoco y de Inés Romero. Los ciudadanos
tienen derecho a pedir información a los funcionarios y estos tienen la
obligación de dar respuesta, pero los vecinos de esas comunidades no han
conseguido respuesta- ¿Será que los vecinos de Brisas del Orinoco son muy
pobres como para ser “ciudadanos”? me pregunto yo.
Sabemos que las hermanas Verónica y María Elena – por mencionar
solo dos –no son las únicas religiosas a las que se les ha negado la visa para
quedarse construyendo el” Reino de Dios en Venezuela”. También “las azules”,
que trabajan en un asentamiento campesino, vía Upata están por irse, igual las
hermanas Salvatorianas – africanas y brasileñas algunas, que trabajan en La
Victoria-no logran que vengan nuevas religiosas a fortalecer su acción misionera,
en la misma situación están Las Brígidas, que acompañan a la comunidad de Los
Monos – Puerto Ordaz -, y sigue la lista: la hermana Begoña – de las hermanas
Vedrunas – que ha venido a apoyar a su comunidad en el barrio Las Amazonas –
Puerto Ordaz- sigue sin poder obtener el papel; en Cojedes, las hermanas
josefinas, esperan desde hace dos años que una religiosa de nacionalidad
salvadoreña, espera visa para entrar y fortalecer el equipo que está en una
casa hogar. Unos sacerdotes de origen guatemalteco, se fueron hace dos años de
El Baúl-también en Cojedes – se tuvieron que ir por problemas de visas… ¿Cuál
es el problema con esos religiosos y religiosas que vienen a acompañar a
nuestro pueblo pobre y sufriente?
La verdad es que no se comprende por qué “un papel” puede ser
obstáculos para personas extraordinarias como las Maestras Católicas y todas
las demás que están en las mismas condiciones puedan permanecer en el país.
Sé que en la Constitución no aparece “el derecho a tener afectos”,
pero realmente ese es un derecho para ser feliz, y por eso también se lucha.
Sirvan estas líneas para agradecer a Verónica y a María Elena su
amor por nuestro pueblo.
Tomado de: http://sicsemanal.wordpress.com/2013/02/03/burocracia-vs-corazon-del-pueblo/
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