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domingo, 6 de septiembre de 2015

Los corsarios del aborto, por @aciprensa



ACI Prensa 05 de septiembre de 2015

Uno de los principales aliados de la industria del aborto es el silencio cómplice de los grandes medios de comunicación. Ya sea por miedo, convicción o por intereses económicos o de cualquier otra índole, los medios de comunicación han permitido que los corsarios del aborto naveguen plácidamente hacia sus metas y objetivos. Es por eso que cuando se rompe ese silencio, se rompe también la comodidad de los abortistas, sus promotores y encubridores, y se da rienda suelta a su vocación totalitaria y censuradora. El suyo es un negocio que necesita de las sombras para crecer y prosperar, y esa necesidad los ha convertido en los maestros de la intimidación. En los profesionales de la matonería leguleya.


Y esto es precisamente lo que ha sucedido a raíz de la difusión que ACI Prensa ha realizado de los videos con los que el Center for Medical Progress ha mostrado al mundo la vileza que mueve a Planned Parenthood. Como hemos venido informando, los abortistas dePlanned Parenthood han sido expuestos como posibles traficantes de órganos humanos, hecho que, aunque en nuestra opinión ha sido demostrado satisfactoriamente, aún no es materia de sentencia ni pronunciamiento judicial alguno. Ante ello, resultaba relevante (periodística, pero ante todo moralmente) reiterar lo que para quienes luchamos diariamente por la vida es plenamente conocido: que Planned Parenthood (y la International Planned Parenthood Federation, engendro internacional de su fundadora, la eugenista Margaret Sanger) no solo tienen presencia en América Latina a través de capítulos locales, sino a través de sus dólares sangrientos.

Fue por esa razón que el 23 de julio pasado denunciamos en esta publicación que “Planned Parenthood Federation of America y su matriz, la International Planned Parenthood Federation (IPPF), destinaron 3.002.257 dólares a tres organismos no gubernamentales con sede en Perú: El Instituto Peruano de Paternidad Responsable (INPPARES), sucursal oficial de la IPPF, la organización abortista Católicas por el Derecho a Decidir y el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (PROMSEX)”. Dicha denuncia, debidamente sustentada en información de carácter público y oficial, fue acompañada de unas declaraciones en las que Carlos Polo, reconocido promotor de la vida y enemigo declarado del lobby abortista peruano, señalaba que “voceros del aborto como INPPARES, PROMSEX y las llamadas Católicas por el Derecho a Decidir son empleados a sueldo que corrompen autoridades locales para disfrutar de estos cuantiosos fondos”.

Y es esta última cita la que despertó el apetito censurador y totalitario de los abortistas de PROMSEX, quienes, mediante una carta notarial extensa, aburrida y colmada de intimidaciones que apenas arrancaron una sonrisa sardónica de nuestros abogados –bastante mejores que los de Promsex, dicho sea de paso-, le exigieron a ACI Prensa rectificarse sobre esas declaraciones que no habían sido pronunciadas ni por ella ni por sus colaboradores. Como es evidente, ACI Prensa no puede retractarse de opiniones ajenas ni mucho menos se amilana ante amenazas sin sustento. Por tales razones, nos remitimos a la aclaración que el autor de la cita cuestionada ha hecho, la misma que hemos cumplido con publicar por considerarla relevante y, sobre todo, porque deja sin piso a las denuncias y falsas indignaciones de los abortistas de PROMSEX.

Pero lo que resulta realmente curioso en este asunto es el cinismo y la desvergüenza de los representantes de PROMSEX. Y es que estos campeones de la moralina, estos boy scouts en busca de estrellitas que premien su ejemplar ciudadanía, rechazan que su supuesto honor sea mancillado por una acusación de corruptos que ya ha sido aclarada por nuestro entrevistado. ¡Su honor, dicen! ¡Promotores del desmembramiento de niños inocentes hablando de honor! ¡A lo que hemos llegado! Conocemos perfectamente, y esto va para que enfunden sus lapiceros y se eviten su siguiente carta, que desde el punto de vista jurídico el honor es un derecho que le asiste a todos, incluso a los decapitadores profesionales. Pero eso no quita que nosotros opinemos (vuelvan a guardar su lapicero) que el aborto no solo no es una práctica honorable sino abyecta, y que opinemos también que ofenderse por una supuesta imputación de corrupción pero vanagloriarse de su condición de abortistas no solo no es una conducta honorable, sino cínica y patética.

No obstante, este minúsculo incidente (incidente que, no tengan dudas, nos fortalece y nos anima a seguir combatiendo sin temores a los embajadores del aborto), nos ha llevado a reflexionar sobre un aspecto muy particular. Las risibles ofensas de PROMSEX por unas ya desmentidas acusaciones de corrupción tienen dos objetivos concretos que nos corresponde frustrar y desenmascarar: intimidar y, por otro lado, desviar la atención de lo que verdaderamente importa. Lo que en el fondo busca PROMSEX es iniciar una discusión en torno a su honorabilidad e intachabilidad (discusión que a nadie le importa), para distraernos de su agenda abortista latinoamericana. Y es precisamente eso, qué curioso, lo que está haciendo su matriz Planned Parenthood.

En efecto, y aunque parezca mentira, existe la posibilidad de que estas denuncias por tráfico de órganos sean utilizadas en favor de los asesinos de niños en los Estados Unidos y de sus mayordomos latinoamericanos, y eso es algo que no podemos permitir. La astucia con la que Planned Parenthood está transformando estas denuncias en una conversación sobre la entrega de órganos humanos (que ellos llaman donación y nosotros venta), solo busca una cosa: retirar la mirada de los cuerpos despedazados de niños inocentes, y centrarlas en un tecnicismo jurídico posterior a la masacre, como es la disposición de los restos humanos. Pero esa prohibición legal, que nada nos sorprenda, podría ser derogada en un futuro mediante la autorización de venta de “tejidos”, y eso no eliminaría la abyección de una industria sanguinaria como la del aborto. Ni Planned Parenthood será respetable si mañana decide donar “tejidos humanos”, ni PROMSEX será admirable si no corrompe funcionarios y paga puntualmente sus arbitrios. El aborto es un crimen, y así debe ser tratado.

La industria del aborto está en la mira y no descansaremos hasta verla derrotada.


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