Por Prof. Claude Benoit, 18/09/2015
Un hombre, cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de
la Segunda Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y
haciendas. Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente
nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo.
"Muy pocas personas eran nazis en verdad" dijo, "pero
muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban
demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los
nazis eran un montón de tontos.
Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera.
Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de
nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado. Mi
familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados
destruyeron mis fábricas...
Se nos dice que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en
paz. El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, tanto en este momento como
en la historia.
Son los fanáticos los que marchan. Se trata de fanáticos que producen
guerras. Fanáticos que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales
en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola
islámica. Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan. Son
los fanáticos que toman mezquita tras mezquita.
Se trata de fanáticos que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse
en terroristas suicidas. El hecho cuantificable y duro es que la mayoría
pacífica, la "mayoría silenciosa" es intimidada y manejada.
La Rusia comunista estaba compuesta de rusos, que sólo querían vivir en
paz. Sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de
cerca de 50 millones de personas. La mayoría pacífica era irrelevante.
La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas
chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas.
El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un
belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el
sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato
sistemático, a 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada,
pala y bayoneta.
Y, ¿quién puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería?...
Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran amantes de la
paz?
Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples
y contundentes. Sin embargo, a pesar de todos nuestros poderes de la razón,
muchas veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos:
Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su
silencio. Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si
no se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un
día y encontrarán que los fanáticos los dominan, y el fin de su mundo habrá
comenzado.
Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses,
serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y
muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció
hasta que fue demasiado tarde.
En cuanto a nosotros, que somos espectadores ante los eventos en
desarrollo, debemos prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos
que amenazan nuestra forma de vida.
Por último, cualquiera que duda de que la cuestión sea grave y elimina
este mensaje sin reenviarlo, está contribuyendo a la pasividad que permite a
los problemas expandirse.
Por lo tanto, entiéndete un poco a ti mismo y envía esto una y otra
vez!
Esperemos que miles de personas, en todo el mundo, lean y piensen sobre
él, antes de que sea demasiado tarde.
Profesora Claude Benoit
Facultad de Filología
Departamento de Filología francesa
Blasco Ibáñez 32
46010 - Valencia - España
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