Por
Jesús González Briceño, 6/9/2015.
Verde
que te quiero verde de la cárcel de Los Teques
Que
ha perdido su primor y de los hombres, su alma
Que
un día soñaron al saborear la fe y la esperanza
Verde
que te quiero del romancero español
Habiendo
perdido su voz, su libertad y su vida
Levanta
de nuevo su mano El Torquemada implacable
Para
imponer el reino de la oscuridad y el
miedo
A todos
los que pretendan a ejercer sus derechos
Sin
que vayan a parar a la prisión insolente
Verde
que te quiero verde en un antro reformado
El
frío de la montaña y la soledad encontrados
Que
junto a otros recintos
Han
infringido suplicios, torturas y sufrimientos
Por
protestas y reclamos
Surgidos
de la libertad y harto justificados.
De
la lejana Sevilla a las tierras de Miranda
A
las llanuras inmensas de aquel suelo de Barinas
Donde
el mastranto florece, Florentino al
Diablo somete
El
fenómeno del Niño azota sin compasión
A
miles de connacionales sometidos a la exclusión
Pero
no podrán jamás rendirse ante la cruel
opresión.
Verde
que te quiero verde ha perdido su verdor
Esplendor
y su embeleso
Cuando
el dolor y la estulticia allí se posesionaron
Para
impartir el castigo de los seres aprehendidos
Por
reclamar con valor los oprobios cometidos
Contra
lesa humanidad por poderes
forajidos.
Verde
que te quiero verde. Ha perdido su vigor
Se
han secado las raíces, el tallo y su hermosa ramazón
De los
árboles del campo de pié al resistir sin temor
Las
tormentas tropicales que azotan a
nuestro hogar
De
la ignominia y el mal de los dueños del
poder
No
podrán nunca jamás acabar con la protesta cabal.
De
un lugar florecido parecido a un vergel
Donde
la naturaleza por Dios favorecida
De
una hermosa hacienda convertida en sitio
de reclusión
Para
procurar castigo a militares y disidentes
Que
no han querido ocultar los desmanes cometidos
Por
impunidad y corrupción de una justicia ladina
Verde
que te quiero verde, el verde del limonero
Del
patriota venezolano, el poeta Andrés
Eloy
Tendrán
que acabar del todo la idiosincrasia y tradición
Del
pueblo venezolano que ha luchado con
tesón
Para
rescatar lo perdido mediante la acción
de la razón
Aunque
encierren en aljabas a toda nuestra nación
Nuestra tierra está cubierta de tan inmenso esplendor
De
las hierbas sabaneras, del apamate, su flor, la ceiba y el araguaney, el húmedo morichal
El
chaparro encurtido de tierra e inclemente sol aunque sean chamuscados
Con fuego y con terror
Que
al someter los reclamos con muerte y con torturas en cárceles y retenes
De
las manos de malvados no podrán
silenciar nunca las voces levantiscas
Para
repudiar por siempre LAS GAYOLAS Y LA CARCEL DE RAMO VERDE.
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