Por Enrique Meléndez
El politólogo y dirigente de
Marea Socialista, Nícmer Evans, considera que el gobierno tiene la esperanza de
ganar la Asamblea Nacional en términos de escaños y para ello tiene en depósito
y va a repartir lavadoras, televisores y teléfonos.
“La otra tendencia dentro del mismo gobierno
es azuzar al presidente Maduro a que permita la posibilidad de que con este
globo de ensayo del estado de excepción (…) postergar las elecciones”, dijo, en
esta primera parte de la entrevista.
Hay sectores, incluso dentro
de la MUD, que hablan de encuestas que registran hasta un 40% de electores que
no quiere votar por el gobierno pero dudan de votar por la MUD. ¿Qué piensa
usted?
-En la encuesta de
Venebarómetro del mes de mayo se ubicó este tipo de elector en 28%; luego en
junio baja a 20%; pero pudiera ser equivalente a un 40%; porque cuando tú
polarizas, tú barres los otros datos: el no sé o no responde, y eso te queda en
40 en términos absolutos. Porque cuando yo digo 28%, me estoy comparando con un
32% de la oposición y un 24% de Nicolás Maduro.
-Entonces, te podrás
imaginar el impacto que pueda tener en cuanto a la proporción. Incluso, el
hecho de que una pregunta, a nivel de que si hoy fuese la elección
presidencial, la oposición sube a 34%; pero alguien independiente estaría en
29,5%, y Maduro estaría en 22%, te estoy hablando de que hoy una candidatura
independiente que llegue a amalgamar realmente, el rechazo de la oposición y
del gobierno, pudiera estar en un empate técnico.
Es decir, si nuestro sistema
electoral contemplara segunda vuelta, Maduro quedaría eliminado en la primera
vuelta, de acuerdo a esos números. ¿No?
-Eso pudiera ejemplarizarlo
mucho mejor. El problema es que el sector independiente no es una expresión
concreta en este momento, por lo menos en ningún estudio. No podemos decir que
el sector independiente es de Marea Socialista, ni el MAS ni ningún otro de
esos factores que están por fuera, y que tratan de sobrevivir a las embestidas
de la polarización.
-Creo que lo que está
expresando este número en términos relativos o absolutos es un profundo
descontento con las cúpulas, con la dirigencia política actual. No hemos
llegado al fenómeno de la antipolítica en Venezuela como lo vivimos previo a la
elección del presidente Chávez en la década de los noventa; y que se tradujo en
un multipartidismo sorprendente para la elección de Rafael Caldera.
-Es decir, nosotros vivimos
un bipartidismo, pasamos a un multipartidismo, después a un proceso de
antipolítica, para caer ahora en un bipartidismo, sólo que con coaliciones en
uno y otro polo.
-Este descontento, si se
expresara en la antipolítica, aquí quien ganara sería la abstención. Por el
contrario, hoy la gente está encontrando alguna alternativa para poderse
expresar. Sobre todo, los estudios dicen que va a haber mucha participación;
porque la gente tiene una expectativa, falsamente, creada, de que después del 6
de diciembre todo se va a resolver en el país: el desabastecimiento, la
carestía de la vida.
-Esa es una falsa
expectativa que han estado generando las cúpulas del liderazgo de la
polarización. Esa es una fantasía terrible, por su frustración; pero también
hay un sector de la población muy consciente. Yo creo que la madurez política
del venezolano ha ido evolucionando de manera importante en estos últimos años,
y hay un sector de la oposición que es posible que no caiga en el juego de la
polarización.
-Al ver que no tiene ninguna
opción de poder escoger en su circuito por una cosa distinta a la polarización,
existe la posibilidad del voto nulo o la abstención como voto castigo. Habrá
que ver el comportamiento. Yo no puedo predecirlo. Yo solamente me remito a los
estudios, que me dicen que va a haber una altísima votación.
-Habría que ver como se
desarrolla la campaña; porque habiendo cercenado, por ejemplo, a Marea
Socialista como una alternativa, y dejando apenas unos 36 candidatos a nivel
nacional, sin embargo, creo que podría haber algún tipo de expresión todavía de
descontento que impidiera el hecho de que la abstención fuera la expresión real
del mismo, y que pudiésemos estar cayendo en el fenómeno de la antipolítica.
¿Cuáles son los escenarios
que usted tendría planteados para estas elecciones?
-Lo primero que veo es que
el gobierno la tiene muy difícil; aunque decirlo no es cosa de sabios. Ahora,
yo me planteo dos escenarios: en uno es posible que la oposición gane con más
de 10% en votos; que pone difícil la circunstancia en escaños por la definición
de las circunscripciones. En consecuencia, la elección de diputados podría
estar bastante cerrada.
-Veo difícil que la
oposición gane con una brecha muy grande, aun cuando los números digan que va a
ganar estrepitosamente por más de 30 puntos. No creo que sea así. No hay que
subestimar al gobierno, ya que tiene la capacidad de cerrar la brecha. Tiene
mecanismos clientelares importantes, para tratar de reversar.
-Y por eso es que todavía
hay elecciones y hay una fecha para las elecciones. Porque el gobierno tiene la
esperanza de poder cerrar esa brecha; de que, incluso, a nivel de escaños
termine siendo favorecida, por esta vía de la reingeniería electoral.
Pero si gana el oficialismo,
no sería por mucho. ¿O sí?
-Pareciera que no por mucho.
La lógica dice que no por mucho, ganando en cuanto a escaños. Yo lo que creo es
que ellos van a poder recortar la diferencia de votos para poder obtener
mayores escaños. Esa va a ser la táctica central. De modo que en este escenario
el gobierno pretende perder ganando, y la oposición pretende ganar, ganando.
-Aunque el escenario, que
sería el menos viable sería el que la oposición gane con una gran cantidad de
escaños, que también caería dentro de las posibilidades. Porque hay mucho
rechazo en sectores que el gobierno de Maduro supone que va a apoyar al
gobierno. Puede ser que esos circuitos sigan siendo chavistas. Pero no son
maduristas.
¿Un ejemplo?
-El circuito 1 de
Portuguesa, que ha sido permanentemente chavista. Hoy algunos estudios
adelantan que la oposición pudiera estar ganando allí y en otros circuitos de
esa región.
¿Pudiera estar planteado
también el escenario de una suspensión de las elecciones?
-Sí, hace unos cinco meses
ese escenario estaba, para mí, dentro de los primeros diez, hoy lo reduzco a
cinco. No lo pondría de primero, porque hay un sector del gobierno que está
apostando también a que haya elecciones, partiendo del hecho de que se pueda
cerrar esa brecha electoral e imponerse en cuanto al número de escaños.
-La otra tendencia dentro
del mismo gobierno es azuzar al presidente Maduro a que permita la posibilidad
de que con este globo de ensayo del estado de excepción, y según los resultados
que se den, esto pueda ser una excusa perfecta, enmarcada en elementos, que
están por fuera del acuerdo con Shanon que no prevén un conflicto externo o la
necesidad de un estado de excepción, y entonces ahí se puedan postergar las
elecciones.
-Ese acuerdo con Shanon ha
quedado en evidencia: uno es la liberación de los presos políticos, el gobierno
ha venido cumpliendo con ello. El otro es que haya elecciones. El otro es que
haya observación internacional; ahí se ha estado jugando, pero al final va a
haberla; que sería lo más difícil.
-El juego está centrado
fundamentalmente en el cumplimiento con esos acuerdos. Ahora, lo que no estaba
en ese acuerdo era que llegáramos a las elecciones bajo condiciones
excepcionales. Si hay unas condiciones excepcionales, por supuesto que hay
razones para postergarlas. No para suspenderlas sino para posponerlas. Los
tiempos constitucionales darían la posibilidad de postergarlas por tres meses.
Pasando al tema de la
frontera, usted ha dicho que la medida de estado de excepción y cierre no es
suficiente. ¿Podría explicar?
-Lo primero es la superación
de la impunidad en la frontera. Yo creo que para poder solventar el problema
fronterizo no se debía haber convocado a ese estado de excepción.
Evidentemente, se trata de una medida legal, constitucional. Sin embargo, si no
hay una voluntad del reconocimiento de las causas de los problemas, es muy
difícil superarlos.
-El alcohólico nunca va a
comenar a resolver su problema hasta tanto no lo admita. Si el gobierno
venezolano no admite que parte de los problemas de la frontera se originan por
sus políticas en la zona; en lo que tiene que ver la responsabilidad de castigar
la impunidad donde hay una Guardia Nacional corrupta; junto a un sector de
Ejército que también es corrupto; ante una serie de autoridades en la frontera
que son complacientes con aquellos beneficiarios que se dedican al contrabando
de extracción; por supuesto que nunca vamos a resolver el problema.
-Va a llegar, se va a
imponer Maduro, va a utilizar la fuerza; pero inmediatamente los elementos de
la corrupción reaparecerán; de modo que será un estado de excepción a mediado y
largo plazo para la impunidad.
-Lo otro es la necesidad del
diálogo con el gobierno colombiano. Porque el gobierno colombiano también es
responsable y cómplice de lo que está pasando, y, en ese sentido, se debe
convocar al reconocimiento de la responsabilidad del gobierno colombiano.
-Por otra parte está el
problema económico en dos vertientes; primero, el cambiario y, segundo, la
política de los subsidios. Entonces, si nosotros no producimos a nivel nacional
sino que importamos, y esas importaciones son subsidiadas, siempre va a ser un
elemento de tentación importante por parte de los colombianos para bachaquear
esos productos, que no les cuesta nada.
-En cuanto al tema
cambiario; que nosotros deberíamos tratarlo como un problema nacional y no de
fronteras; hay que entender que el control de cambio no implica anclaje, ni
tampoco cuatro tipos de cambio, sino la racionalidad de un control de cambio
temporal para poder estabilizar la economía; partiendo del principio de que
debe haber sólo un tipo de cambio; con un paralelo, que siempre existirá, pero
controlable.
-De modo que para resolver
el problema de la frontera, hay que partir del principio de que hay que
abordarlo en una forma estructural.
Usted habló de la Guardia
Nacional como un todo y de una parte del Ejército como responsables parcialmente
delcontrabando de extracción en la frontera. ¿Por qué ese señalamiento tan
particular?
-Yo hago ese señalamiento
porque la Guardia Nacional controla aduanas; puestos fronterizas, alcabalas
fijas y móviles a nivel nacional. Entonces, si hay un desfalco a la nación de
250 mil millones de dólares, resulta difícil dudar que la Guardia Nacional no
esté metida en ese desfalco.
-El Ejército no controla
tantos elementos como la Guardia Nacional; de modo que es más restringida la
posibilidad de que el Ejército esté involucrado; sin embargo, tienen
responsabilidad en la frontera.
07-09-15
Mañana, segunda parte…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico