Por Tulio Álvarez
La pregunta es más que
pertinente, ¿hasta qué punto está dispuesto Maduro a proseguir la trágica
estrategia de la Asamblea Nacional Constituyente? Al cierre de mayo, las dos
encuestadoras más serias, si cabe el término en Venezuela, coinciden en el
rechazo del 80% de la población a la entreverada propuesta del Régimen. Pero lo
que resulta sorprendente por demás es la data de un apoyo aproximado al 73% a
la protesta que desde hace dos meses se desató en las calles.
Esto permite prever que, lejos
de amainar, la movilización popular se mantendrá mientras tenga el combustible
de la desesperante situación económica; y, un incentivo muy poderoso y nada
despreciable, la lucha de sectores convencidos de “un ahora o nunca”
libertario. Estos son los que tozudamente no han cejado en el enfrentamiento,
en cada oportunidad en que se les ha provocado. ¿Acaso no era previsible este
anárquico panorama? ¿Se confiaron tanto en el coyuntural éxito obtenido con el
“dialogo fraterno”?
Al parecer, la desaceleración
de noviembre era para tomar impulso en el 2017. El robo del referendo
revocatorio y las elecciones regionales ayudó bastante en una definición. Pero
el mayor servicio vino de los firmantes de las famosas sentencias 155-17 y
156-17 de la Sala Constitucional, anulando el ámbito de atribuciones de la
Asamblea Nacional y asumiendo el ejercicio de las mismas. Gracias a ellos se
fueron desatando los demonios y no los han podido contener. De ahí viene la
apresurada ejecución de una estrategia constituyente que estaba planteada para
el mes de junio de 2018, no en este tiempo.
No me pregunten como lo sé,
pero lo sé. Maduro está indignado con Escarrá porque planteó un proyecto tan
incompleto que primero fue comunal con 500 asambleístas; inmediatamente, el
mismo que tenía que presentar un proceso acabado y que solo tuvo ingenio para
copiar mal y parcialmente las bases de convocatoria de 1999, desdice al mismo
presidente indicando que sería por elección universal, directa y secreta;
luego, al publicar los Decretos NOS 2830 y 2831 del 1º de mayo de 2017, lo
comunal queda definitivamente sepultado con lo sectorial, aumentando a 540
asambleístas. Pero Maduro no puede actuar por dos razones: La patada merecida
solo confirmaría el desastre y, lo que resulta más grave, Escarrá tiene su
Padrino, el militar.
Entonces, ocurre un absurdo,
el Consejo Nacional Electoral en su apresurada carrera por enajenarse al
esquema madurista, el mismo que en realidad no lo es, modifica las bases
presentadas al percatarse de que no cuadran. Y suben los asambleístas a 545.
Pero el equipo de Jorge Rodríguez observa que la única forma de solapar el
desastre es llevar la ANC a un número cercano a los 700 constituyentistas. En
eso están, atrapados por la improvisación; sin listados sectoriales confiables,
salvo el de trabajadores que se reduce al seguro social; con frentes abiertos
en el propio gobierno, el PSUV, el TSJ, el CNE y con los militares. ¿Por qué?
Aunque la Fiscal General está
impaciente por mayores y más significativas señales de apoyo de las que ha
recibido hasta ahora, sus declaraciones sobre “el desconocimiento del modelo de
Estado establecido en la Constitución y una ruptura del orden constitucional”
y, lo más relevantes, sus acciones u omisiones siguen causando un daño profundo
al proyecto de eliminar definitivamente a la Constitución de 1999. Todos
esperan, algunos gritan por ello, una serie de antejuicios de mérito contra
altos funcionarios. Pero, ¿eso es inteligente? Pareciera que es lo que están
esperando para ejecutar un plan de inhabilitación y destituirla contando con el
TSJ y los otros dos miembros del Consejo Moral Republicano. No lo haga.
Todo tiene su tiempo y hay que
aplicar Mateo 6,33-34 para llegar al día “D”. El ministerio público si puede
intervenir. Comenzar con la investigación de las actuaciones de los
funcionarios medios encargados de la ejecución del plan fraudulento en el CNE.
Es la mejor forma de atacar la acción de Tibisay Lucena al modificar, sin
competencia para ello, el Decreto Presidencial N° 2.878, publicado en Gaceta
Oficial N° 41.156 de fecha 23 de mayo de 2017, mediante el cual se establece el
número de los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. Esos
funcionarios efectúan un acto material o de ejecución sin respaldo de acto
administrativo formal; vale decir, por una vía de hecho, manifiestamente ilegal
e inconstitucional.
Y la Fiscal debe proseguir
transmitiendo el mensaje a quién corresponda, como solicitar una respuesta
sobre “si perdió vigencia la democracia participativa y protagónica y se renovó
la vigencia de la democracia representativa, porque de la letra de la sentencia
parece que se elimina la democracia participa, lo que le costó mucho al pueblo
venezolano”. También insistir en el enjuiciamiento de la oficialidad de la
Guardia y Policía Nacional encargados de la brutal represión y violación
sistemática de derechos humanos. Porque ese componente militar asumió la
responsabilidad de apoyar la ruptura constitucional pero los otros se
encuentran pasivos, en silencio. Pronto les tocará una definición. El destino
los va alcanzar.
El CNE podría fijar dos
fechas, la primera para la realización del simulacro de elección territorial;
la segunda, el teatro de elecciones sectoriales. Tentativamente el 30 de julio
una de ellas. Esos días el régimen convocaría su propia debacle. ¿El ejército,
la armada y la aviación se prestarán a la contención mortal de las muchedumbres
que impedirán el acceso a los centros de votación? ¿Ejecutarán un “Plan
República” de consolidación de una dictadura? Esto si la protesta se mantiene
por seis semanas más. L’ora e fugita.
Sería importante que todos los
factores que han apoyado a Maduro tomaran consciencia de un elemento clave.
Ellos saben bien que este proceso fraudulento tiene por objeto anular
definitivamente la Constitución de 1999. Lo que no estoy claro que hayan
evaluado es que Maduro, al dictar las bases de convocatoria, les ha dicho: “Si
caigo yo, ustedes se hunden conmigo”. Maduro ya no es viable. Pero en un
régimen democrático y pluralista ustedes tendrían derecho a lo mismo que se le
ha negado a la mayoría del país, la posibilidad de participar políticamente. O
ustedes se encargan de su problema interno o, civiles y militares, tendrán que
afrontar el día “D” con todas sus consecuencias.
tulioalvarez17@gmail.com
06-06-17
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