Freddy Paz 02 de junio de 2017
@freddyspaz
Resulta
paradójico que después de dieciocho años el gobierno sea multitudinariamente
rechazado por el pueblo por someterlo de manera exponencial a todas aquellas
penurias que esgrimieron sus protagonistas como bandera para alzarse con el
poder en los albores del siglo pasado.
El
gobierno encarna hoy, sin lugar a dudas, todos y cada uno de los más
exacerbados miedos que aterrorizan a una sociedad: hambre, miseria, inflación
desmedida, inseguridad personal y jurídica y por sobre todas las cosas la falta
de alimentos, medicina y de libertad.
Estamos
en presencia de un gobierno perdido en un interminable laberinto por su propia
incapacidad de resolver los problemas del país y que pareciera optar por los
mecanismos menos ortodoxos para aferrarse al poder, un poder que
definitivamente no pertenece a grupos ni individualidades sino a todo un pueblo
tal y como lo consagra la Constitución vigente de la República, y que lejos de
escuchar el clamor popular y someterse a la voluntad del soberano, y al mandato
constitucional, vocifera, miente, amenaza y trata de someter a un pueblo que ya
le abandono, que no les cree, que los dejo solos. De allí, el temor a medirse
en elecciones, libres, universales, directas y secretas.
Estamos
en presencia de un pueblo que no quiere salidas violentas, vemos como día tras
día los venezolanos piden en las calles que se les permita elegir su destino
ante las urnas electorales. No desprecia la democracia quien pide elecciones
libres, muy por el contrario la reivindica.
Escuchen
a la ciudadanía, no permitan que una ceguera auto impuesta no les permita ver
la realidad de la crisis que vivimos hoy los venezolanos. Engañarse tratando de
engañar al pueblo con consignas vetustas, con sentencias acomodaticias y
mecanismos electorales que vulneran el espíritu de los constituyentistas del 99
y la propia carta magna aprobada por la soberanía popular que reside
intransferiblemente en el pueblo, solo alarga la agonía y el sufrimiento de los
venezolanos.
La
mentira y el engaño corren ligero pero tienen piernas cortas y la voluntad de
los pueblos por sagrada, termina imponiéndose por sobre todas las cosas; por
cuanto todo ciudadano investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar
en el restablecimiento de la efectiva vigencia de nuestra constitución.
Diputado
Freddy Paz
@freddyspaz
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