Por Shari Avendaño
Ha tenido que dejar pasar
clientes. El agua que recogen dos veces por semana está reservada
para las prendas que ya están pagadas, por lo que es imposible
cumplir con encargos de última hora. El responsable de
una tintorería de la avenida Baralt, al igual que varios
comerciantes de Caracas, ha visto afectadas sus actividades y disminuidas sus
ganancias por el problema del suministro de agua en la ciudad.
Desde
el tanque hasta botellas de refresco… Los trabajadores llenan
“todo lo que se pueda llenar” para paliar la falta de agua, según
explicaron a Efecto Cocuyo durante el recorrido realizado entre el
jueves 7 y el viernes 8 de junio. Sin embargo, aún previendo la escasez,
la situación les hace perder dinero y los ha hecho reducir sus servicios.
“Las ventas han bajado un 70%. Nos mantenemos gracias a los
clientes que vienen de los ministerios“.
Carolina Alfonso, vendedora de
una carnicería cercana, detalló que el sector tiene al menos dos
meses y medio sin servicio continuo de agua. “Ni cuando
hubo sequía en el (embalse del) Guri pasamos
tanta roncha“, aseguro. Comentó que los comercios de la zona ven
limitado su acceso a camiones cisternas por su cercanía con las
instituciones del Estado. “A nosotros nos surten de últimos“.
En La Candelaria la
situación no mejora. En la peluquería en la que trabaja Ana Madrid,
cerca de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), se le dice a las
clientas que “vengan con su cabello lavado” o, en el caso de que se estén
haciendo algún tratamiento “salen corriendo a algún edificio cercano” a
retirarse los tintes o químicos. “Aquí la gente es
muy solidaria“, dijo la encargada refiriéndose a los vecinos del sector
que les permiten llenar botellones y potes en sus casas.
Hacia el este de Caracas,
en Los Ruices, el servicio de agua es provisto de forma irregular. El
responsable de un negocio de comida, quien no quiso ser identificado,
contrata tres cisternas al día -cuyo costo ronda los 40 millones
de bolívares cada una- y compra botellones para que el negocio pueda
continuar con sus actividades cotidianas.
Mary Contreras, vendedora en
una lunchería de la misma manzana, explicó que el agua la
ponen todos los días a las seis de la mañana, a la una y a las seis de la
tarde, durante una hora cada vez, lo que les impide ofrecer el baño a
su clientela.
En el municipio Chacao,
un restaurante ubicado en Centro Plaza ha tenido que cerrar
temprano por la escasez de agua. El filtro les ayuda a no tener
que adquirir botellones de agua para trabajar. Antes, comentó el encargado, les
llegaba de lunes a miércoles. A la fecha, con suerte, viene en la mañana y en
la tarde durante algunas horas, aunque sin horario fijo.
08-06-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico