Alexis Andarcia 15 de agosto de 2018
Ha
llegado el régimen instaurado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro,
al terror; a los actos mas deleznables del poder contra cualquier ser humano:
la laceración del cuerpo y la manipulación de la voluntad, a través de drogas;
pero, quizás, lo mas miserable sea mostrarlo como “acto de gobierno ” “trofeo
revolucionario “.
Juan
Carlos Requesens, joven diputado, torturado, drogado, evacuado sobre sus ropas
íntimas; con los ojos desorbitados y sin coordinación motora, nos mostró el
verdadero rostro de la decadencia social y de una patología política
Hasta
los nazis, intentaban ocultar sus actos de barbarie contra los judíos y sus
enemigos de guerra.
¿De
dónde salieron estos venezolanos, capaces de llevar a cabo tales actos?
Es una
pregunta que nos hacemos muchos ciudadanos; acostumbrados a las formas de una
democracia, con sus falencias, pero suficiente para promediar una estabilidad
económica y emocional.
Algunos,
desearían que fuesen cubanos, rusos, iraníes; como una manera de no dar crédito
y venezolanidad a dichas actuaciones. No dudo que estén detrás, como asesores;
pero, Maduro, Diosdado, Jorge Rodríguez, Padrino López, son nuestros.
Venezolanos. Así como tantos otros de nómina menor.
Fracasados
en todas las áreas: economía, salud, servicios básicos, educación,
alimentación; con más del 80% de rechazo, han decido tomar la ruta del terror,
para mantener el poder.
Ya no
piensan que la historia los absolverá. A lo sumo, cuentan con que un homónimo,
los acogerá y podrán disfrutar sus fortunas malhabidas, utilizando los
vericuetos internacionales que, desafortunadamente, aún lo permiten.
En el
mientras tanto, asesinan, torturan, controlan medios, pagan lobbies, compran
diputados, militares, artistas…muestran a Requesens!
A
muchos, nos golpea el rostro, nos remueve la conciencia y nos oprime el pecho.
Pero ¿Qué despertará en el venezolano común? Indiferencia o vergüenza, miedo o
rebeldía.
Qué
será de aquella sociedad removida por la tortura y asesinato de Jorge
Rodríguez, padre; de aquella izquierda que usufructuó por años la bandera de
los Derechos Humanos. De aquellos intelectuales progresistas como José Vicente
Rangel; de los poetas y escritores “independientes”.
¡Adiós
muchachos! Repito con Sergio Ramírez, comandante sandinista, tras apartarse de
los “haceres revolucionarios” que promovía el FSLN en Nicaragua; desdibujada en
terror, violencia y corrupción.
Tan
miserable es el torturador como quien lo exhibe. Nicolás Maduro, subsume ambos.
Ciertamente,
no es el primer torturado por el régimen; allí está Brito, dejado morir por
Chávez; los excarcelados narrando el horror sufrido; allí continúan muchos más
en “La Tumba” y otros centros de reducción humana. Pero, el caso Requesens
llegó para estremecer; pera develar el desquiciamiento de la élite chavista en
el poder.
Quizás,
pretendan infundir miedo; asestar un duro golpe sicológico colectivo. No
obstante, me doy a pensar en lo contrario ¡Cuánto miedo ha de sentir el
torturador! Aquel que ordena y ejecuta la vejación del cuerpo, desnudo; que
vulnera la centralidad íntima de otro ser, con total ventajismo.
Tomado
de: http://talcualdigital.com/index.php/2018/08/15/el-miedo-del-torturador-por-alexis-andarcia/
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