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viernes, 5 de agosto de 2016

Las “ollas populares” a lo venezolana


Por Beltrán Vallejo


En la Argentina de 1.989 se vivieron álgidos momentos de convulsión social, generados por la intensificación de los efectos inhumanos de un modelo económico neoliberal que se corrompió mayúsculamente, y que trajo como consecuencia un océano de miseria, injusticia y desigualdad; me refiero al gobierno del peronista Carlos Saúl Menen. Esta realidad calamitosa produjo saqueos generalizados en el Gran Buenos Aires y en varias ciudades de ese país, lo que agudizó el contexto de escasez de todo tipo de alimentos y de productos.

Dentro de esa misma situación, también apareció una acción popular y de organización comunitaria que adquirió un nombre histórico en Argentina: las “ollas populares”. Se trató de una combinación de protesta social con acciones de recolección, procesamiento y distribución de alimentos, adquiridos gracias a la solidaridad y a las donaciones, y que se cocinaban en ollas instaladas a manera de sancochos, guisos o frituras vecinales en plena calle o vereda.


A manera de frente de lucha, y por supuesto como “paliativo” comunitario, volvieron aparecer las “ollas populares” en Buenos Aires a raíz de otra crisis social y política aguda que sacó del poder al Presidente Raúl Alfonsín en el año 2001. Por cierto, recientemente los movimientos de izquierda decretaron la instalación de un centenar de “ollas populares” en la capital de Argentina, protestando así ante los colmillos neoliberales del recién instalado Presidente Macri.

Hago referencia de ese fenómeno de protesta, que ya tiene un sitio en el historial del movimiento popular en Latinoamérica, porque reflexiono de que nuestro liderazgo democrático debiera presentar formas de lucha y de atención social arraigadas en las angustias primarias de la ciudadanía, y sobre todo, formas de acción social y política cuyo foco sean los más necesitados; y esta inquietud es consecuente con la necesidad de que se debe articular la lucha del referendo revocatorio con el tejido social de calle, en correspondencia con el sufrir diario del venezolano.

A veces creo que nos falta entender que hay niños hambrientos y lelos por las calles; a veces creo que nos falta entender que cunde la mera lucha por la sobrevivencia cotidiana, y a veces, en ese trance, el venezolano se torna insolidario, mezquino y no mira “pa' los lados”; igualmente, creo que nos falta entender que en ese escenario el gobierno baila solo, pero baila muy mal, con una bendita bolsa de comida de un fulano Clap, el cual se ha convertido en fuente de división y conflictos en las comunidades, y que por supuesto, no resuelve ni siquiera medio saciar el hambre de una semana para una familia de 4 personas.

La implementación de las “ollas populares”, a lo venezolanas, significaría que el vecindario se organice en equipos para gestionar la consecución de implementos de cocina y solicitar la donación de alimentos, los que serían preparados y cocidos en una especie de campamento callejero, a modo de los que todavía la muchachada hace en las calles de localidades del interior del país cuando se echa unos tragos. Ese trabajo tendría como resultado un desayuno y un almuerzo especialmente otorgado a los niños del vecindario, madres embarazadas, ancianos solos y familias más necesitadas.

Creo que la integración de la lucha de calle, la solidaridad y la organización comunitaria permitirían la articulación social necesaria del movimiento de masas para generar una presión y una movilización contundente que apoye las alternativas democráticas y constitucionales que permitan sacar del poder al aborto totalitario, militarista y autocrático que lleva 17 años de desgobierno y saqueo.

Seamos creativos desde la lucha cotidiana de la gente.


03-07-16

http://www.talcualdigital.com/Nota/131424/las-ollas-populares-a-lo-venezolana


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