Por Álex Vásquez S.
“Van a bloquear las vías, no
se preocupen, lo estamos esperando”, dijo el diputado Juan Guaidó (Voluntad
Popular), con una sonrisa confiada, cuando aseguró que la Mesa de la Unidad
Democrática tiene todo preparado para la protesta del primero de septiembre, la
“toma de Caracas”.
Las expectativas son altas.
La oposición afirma que llenará de manifestantes el “norte, sur, este y oeste”
de la ciudad y confía en que ese día será el inicio de una nueva etapa de
presión social para impulsar el referendo revocatorio al mandato de
Nicolás Maduro.
“Llenaremos Caracas por los
cuatro puntos cardinales”, afirmó Richard Blanco, parlamentario de Alianza
Bravo Pueblo, y su colega por Voluntad Popular, Luis Florido, agregó: “El
primero de septiembre será un hito en la historia de Venezuela, marcará un
antes y un después”.
La exigencia es clara: que
se acaben los retrasos y las trabas a la solicitud del referendo revocatorio.
Sin embargo, cada partido le imprime sus matices. Primero Justicia afirmó que
saldrán a protestar para que el Consejo Nacional Electoral informe la fecha de
la próxima recolección de firmas (20% de los electores), mientras que VP pide
que se diga el día del referendo: “Vamos a exigir la fecha del revocatorio, si
no, el pueblo va a hacer valer el artículo 350 de la Constitución
(desobediencia civil)”, añadió Florido.
El planteamiento no encantó
a Henrique Capriles, gobernador de Miranda y principal promotor del referendo,
quien reaccionó: “El artículo 350 al que hacen mención, ese es un artículo que
lo colocaron quienes intentaron dar un golpe de Estado. Vayamos clarito con el
artículo 72 de la Constitución (referéndum revocatorio). Nosotros tenemos que
dar pasos firmes. La improvisación no da resultados”.
Y es que, afirman fuentes
políticas, el nuevo retraso del CNE a la consulta (recolección de firmas para
finales de octubre), generó un debate intenso dentro de la oposición sobre
cuáles deben ser sus prioridades. Un grupo, liderado por Capriles, insiste en
que hay que presionar para lograr el revocatorio en 2016, mientras que otros
han desempolvado el debate sobre la enmienda constitucional para recortar el
mandato a Maduro (Acción Democrática), algunos creen que resucitar el diálogo
podría ayudar con el revocatorio (UNT), y otros han planteado impulsar la
desobediencia civil si se cierra la puerta a la consulta este año (VP y
Proyecto Venezuela).
“Hay que hablarle al país
con claridad. Si el revocatorio no tiene fecha este año, deberíamos retirar la
petición ante el CNE. La Constitución tiene otras salidas cuando un gobierno se
aleja de la democracia: ahí está el 350; debemos unificar criterios”, dijo el
parlamentario Carlos Berrizbeitia (Prove).
G-4, ¿unido?
De momento, la movilización
del primero de septiembre luce como el pegamento que une a los partidos. Más
allá de las diferencias internas —la MUD aprendió a lavar los trapos en casa—,
cada integrante del G-4 de la MUD (principales cuatro partidos: PJ, AD, UNT y
VP) insiste en que presionarán para que el revocatorio sea en 2016, algo que
confían lograr con la protesta que iniciará ese día.
“El CNE jamás va a convocar
el revocatorio sin presión popular. Esto no se resuelve por la vía
institucional como un país normal. Para que haya cambio, debe haber una gran
movilización popular. El primero de septiembre comienza la lucha, el
revocatorio depende de esa marcha. Millones de venezolanos demostrarán a las
rectoras y a los militares que no hay forma de impedir el cambio”, señaló
Freddy Guevara, coordinador nacional de VP.
Delsa Solórzano,
vicepresidente de UNT, coincidió en que la movilización será importante, pero
aclaró que la posibilidad del revocatorio no sólo depende de de la marcha, sino
de las acciones de calle previas y posteriores.
“Estamos cada día por todo
el país. Henry Ramos Allup un día en Falcón haciendo asambleas, yo en los Altos
Mirandinos con una caminata, Capriles por varios estados. Lo especial de la
movilización del primero de septiembre es que será masiva; es el pueblo que
pedirá el revocatorio, que no es mío ni de Capriles”, añadió.
En AD también activan la
experimentada maquinaria blanca para contribuir con la movilización, confirmó
el diputado Edgar Zambrano. “Ese día activaremos el reclamo constitucional, el
reclamo social, el derecho a la protesta. Ese día nos permitirá activar los
mecanismos de lucha política y cambio de gobierno”, aseveró.
Capriles, quien ha liderado
tres modestas movilizaciones que no lograron llegar al CNE, confía en que esta
vez será diferente:
“Es importante que el pueblo
sepa que el revocatorio no depende de la señora Tibisay Lucena (presidente del
Poder Electoral), depende de la voluntad de nosotros los venezolanos. Ya los
venezolanos tomamos una decisión: queremos que se haga el revocatorio y
queremos que se haga este año; por lo tanto, el 1 de septiembre vamos a la toma
de Caracas”.
¿Funcionará la presión?
En la oposición han
celebrado que, aunque a cuentagotas, el CNE haya ido cediendo en cuanto al
referendo, al entregar la planilla para la primera recolección de firmas, al
validarlas luego de una exhaustiva revisión, al recibir la solicitud formal de
la consulta y al decir que la próxima recolección de rúbricas será a finales de
octubre (algo que no cierra la posibilidad del revocatorio este año). Muchos
dirigentes han atribuido a la presión social los tímidos avances del Poder
Electoral.
Pero, ¿se puede presionar al
CNE con protestas de calle? Tibisay Lucena, presidente del organismo, fue
enfática el martes 9 de agosto: “Este Poder Electoral no acepta presiones de
nadie, nuestro deber es hacer respetar los derechos constitucionales del pueblo
todo de Venezuela”.
El ex rector del organismo
Vicente Díaz, que compartió el directorio con Lucena durante varios años,
afirmó que la presión ciudadana sí influye en las decisiones que toman los
rectores.
“Si hay movilizaciones,
presión institucional, exigencia ciudadana firme y con argumentos, se generan
niveles importantes de presión sobre la autoridad máxima electoral”, señaló.
Pero no sólo influye sobre los rectores, sino sobre una pieza fundamental del
engranaje del CNE: la alta dirección, los directores generales y sectoriales
que, aseguró Díaz, son importantes en la toma de decisiones y son víctimas de
la crisis que atraviesa el país.
“Hay dos sindicatos que
conviven en el CNE, uno controlado por el gobierno y otro de tendencia
opositora. Son permeables a las presiones y a su vez presionan. El CNE es un microcosmos
de la realidad del país. Obviamente los rectores son susceptibles a la presión,
siempre que no se les exija un desempeño diferente a la Constitución. Un buen
reclamo genera siempre una reflexión interna: movilizaciones con comunicaciones
a los rectores, actos de presencia de distintos sectores, pronunciamientos de
la Iglesia y otras comunidades religiosas”, añadió.
Díaz advirtió que hay otro
tipo de presión que no funciona: los ataques por las redes sociales, que tocan
aspectos personales contra las rectoras, incluso situaciones delicadas de salud
que ha atravesado Lucena. “Eso sólo atrinchera a las rectoras y a los
funcionarios que tienen un corazón diferente al rojo, porque se despierta una
actitud de tribu y cohesión interna por solidaridad. Hay que exigir con dureza,
contundencia, pero en el marco del respeto a la persona y a la dignidad del
cargo”, dijo.
Dentro del CNE, aseguró el
ex rector, hay un departamento de monitoreo de medios que suministra a las
autoridades reportes pormenorizados de todo lo que ocurre en el país, por lo
que no es de extrañar que se preparen frente a la movilización del primero de
septiembre. “Esta movilización debe mandar un mensaje claro, no sólo a CNE,
sino al gobierno: aquí hay dos bandos en pugna, el gobierno con su cúpula, que
quiere ilegalizar a la oposición y evitar una consulta ciudadana. Y la
oposición, que sólo se pide abrir la ruta electoral. El tapón a la olla de
presión sólo hace que aumente”, explicó.
Validación de firmas para el
Referendo Revocatorio. Higuerote, Edo. Miranda [23/06/2016] Fotografía de
Andrés Kerese
Luis Salamanca, politólogo y
también ex rector del CNE, no es optimista en cuanto a las posibilidades reales
de la movilización del primero de septiembre.
“Si es como lo plantean, que
vendrá gente de todo el país, tendría que hacerse en la autopista y no creo que
el gobierno lo permita. Se valdrá de varias modalidades para impedirla. La
oposición tendría que recurrir a una suerte de caballo de Troya para triunfar”,
opinó.
Tampoco es optimista en
cuanto a la influencia que puede generar esa protesta dentro del organismo
comicial, pues considera que el CNE luce dispuesto a resistir cualquier casi
cosa en su empeño por retrasar la consulta. “Lo demuestra el cronograma que
pusieron. Sin embargo, todo depende de lo que ocurra porque, debo admitir,
parece que la organización se organiza bien, se ha generado una expectativa
alta. Puede ser la primera que despierte de nuevo el interés en movilizarse. Desde
2014 la gente teme por la represión”, indicó.
Aunque sea exitosa la
protesta, añadió el politólogo, sus logros pueden ser tímidos: “Quizá el CNE
especifique los días de la próxima recolección, se apure en algún paso, pero no
creo que traigan el revocatorio para este año. Lo que está en juego es el poder
y no facilitarán las cosas”.
El chavismo amenaza
En el chavismo, como intuye
Salamanca, no lucen dispuestos a permitir la movilización. El lunes el
presidente Nicolás Maduro aseguró que el primero de septiembre arrancará la
“contraofensiva revolucionaria” por la defensa del pueblo y su conciencia, y
pidió a sus seguidores defender en la calle los logros de la revolución.
“Es tiempo de lucha, de
salir a la calle, es tiempo de ir en contra de los zombies y pitiyankis.
Fascista que se equivoque, no habrá imperio norteamericano que los salve de la
justicia venezolana”, amenazó.
En su programa de
televisión, el diputado Diosdado Cabello también advirtió: “A esa gente no le
vamos a dar chance de nada. Si nos salen con algo el primero de septiembre, les
saldremos adelante el mismo día. Todo primero tiene su primero, no le vamos a
dar chance después de que nos vengan a chillar”.
Ilenia Medina, secretaria
nacional de organización del PPT, aseguró que el Gran Polo Patriótico está
organizando los Consejos Patrióticos, grupos de ciudadanos que se encargarán de
evitar que “los incautos se sumen a esa movilización”.
La diputada explicó que
estos grupos estarán trabajando en cada municipio del país, y su única función
no es evitar la violencia, sino supervisar el alza de precios e incluso el
trabajo de algunas empresas privadas de alimentos, como la Polar.
“Todo va de la mano en el
plan de violencia. No van a incendiar de nuevo el país, convocamos al diálogo y
la paz. El PPT se opone al plan de violencia del señor Freddy Guevara y su
grupo. Ellos renunciaron al diálogo. Hasta UNT escuchó la línea política del
PPT y pidió al presidente de la Asamblea hablar con el presidente Maduro, pero
sus compañeros lo desecharon en medio de su ambición presidencial”, añadió.
Para Medina, la convocatoria
del primero de septiembre constituye un nuevo capítulo de la política como la
violencia, el fraude y la mentira.
“Que presenten un proyecto
político al país, no es la violencia el camino. En su proyecto de impunidad
(ley de amnistía) se comprueba que en todas sus movilizaciones se cometieron
delitos de lesa humanidad. Impiden que la gente use sus derechos, trancan las
vías, asesinan a personas. Son delitos graves y esta nueva movilización va en
esa dirección”, advirtió.
La diputada descartó que el
revocatorio se haga este año, porque se pidió muy tarde. “Si ellos creyeran que
van a tener un éxito con ese revocatorio lo hubiesen pedido el 10 de enero. ¿O
es que tienen dudas de que podrán preservar sus votos de diciembre de 2015 y
ahora están optando por los atajos?”, se preguntó.
Las cartas de lado y lado
están sobre la mesa. El sociólogo Carlos Raúl Hernández opinó que el
revocatorio depende de un “cisne negro”, de un evento imprevisto que tenga la
fuerza para cambiar la posición del gobierno y conducirlo a su entrega
incondicional.
“No sé si el cisne negro sea
esa marcha, pero no lo descarto. Dependerá también de factores internacionales
y de la capacidad del gobierno para resistir. El gobierno prefiere cualquier
cosa antes que el revocatorio, un golpe de Estado o una guerra civil. Hacerlo
este año implicaría su entrega total”, añadió.
17-08-16
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